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BALONCESTO

Castigo excesivo para Surne Bilbao Basket

Killeya-Jones machaca el aro de Unicaja. (M. POZO | ACB PHOTO)

Jaume Ponsarnau se mostraba preocupado por el «tono» de su equipo a la hora de enfrentarse a un rival tan duro y complicado como Unicaja. A pesar de la derrota, podría decirse que ese «tono» en cuanto a la dureza y el ritmo de juego de los hombres de negro no estuvo mal. Al menos durante 25 minutos, a pesar de comenzar con un 21-12 adverso y pese al resultado final de 101-84.

Sin embargo, una jugada que terminaba con Xavi Rabaseda en el vestuario con un codazo de Kendrick Perry, sacó del partido a los hombres de negro. El resultado era de 52-54 y los hombres de negro estaban aguantando el tirón ante un Unicaja que no se guardó nada ni pudo sestear. El cuadro andaluz entraba en transición, y el base norteamericano de pasaporte montenegrino Kendrick Perry culminaba una bandeja con la izquierda, pero con el codo derecho le ha dado un soberano tortazo en la boca a Xavi Rabaseda, que había saltado a entorpecer la bandeja de su rival.

El resultado fue una falta antideportiva del jugador de Unicaja, mientras que el alero catalán tuvo que ir derecho al vestuario. Y sin que nadie lo hubiera imaginado, a partir de la ausencia del capitán de Bilbao Basket, el encuentro se empezó a descoser. Rabaseda casi no mira el aro, pero es un buen defensor y además ayuda mucho a la hora de cohesionar al grupo, y con su ausencia, la tarea defensiva bilbaina comenzó a decaer, al punto que del 52-56 se pasaba al 71-64 con el que terminó el tercer cuarto, preludio del parcial de 30-20 que le endosaba el equipo de Ibon Navarro en los diez minutos finales.

14 AÑOS SIN GANAR

Desde marzo de 2010 que Bilbao Basket no gana en el Martín Carpena. En honor a la verdad hay que decir que el correctivo final fue excesivo, a pesar de que el arranque invitara a algo peor. El partido sufrió un retraso de 33 minutos por culpa de que tuvieron que cambiar uno de los relojes de posesión que se hallan sobre los tableros, y ese parón no le sentó bien al cuadro bilbaino.

Con un Osetkowski desatado, Unicaja se estiraba 21-12, siendo Sacha Killeya-Jones la única respuesta por parte de los de Jaume Ponsarnau en esos primeros compases.

Por fortuna, la entrada de Pantzar revitalizó a los hombres de negro y Adam Smith empezó a encestar. Del 21-12 se pasó al 25-23, y de ahí hasta el 52-54, cuando sucedía el incidente entre Perry y Rabaseda.

Lastimosamente, en los diez minutos finales Bilbao Basket se diluyó como un azucarillo, pensando tal vez más en el partido de ida de la FIBA Eurocup en Varsovia del miércoles.