El cine como aparato alejado del arte

Tamara García Iglesias ha debutado detrás de la cámara con “Zarata”, un filme producido por Atekaleun y que también ha sido escrito y editado por la propia cineasta lasartearra. Cuenta en su reparto con Ainara Gurrutxaga, Erika Olaizola y Javier Barandiaran y, según explica la propia directora, «se adentra en una realidad que sigue invisibilizada, que ahonda en la idea de que, tal y como somos, así hacemos películas; y que, de esta manera, se ha gestado y solidificado el modelo de producción actual».

En su declaración de intenciones, este filme que pudo ser visionado en en el Festival FIDMarseille y en Zinebi, habla de las mentiras en el cine más allá de su propia naturaleza ficticia y sobre la dominación que se ejerce para lograr un propósito: el cine como aparato alejado del arte, de la narración, solo como instrumento para ejercer el poder.

UNA VIDA LIGADA AL CINE

Tamara García Iglesias estudió Antropología Social en la UPV/EHU y Dirección Cinematográfica en Buenos Aires. Amplió esta formación, de manera autodidacta y durante tres años, en el centro de arte Arteleku de Donostia. Fue cinco años directora del Festival Internacional de Cortometrajes de Aguilar de Campo, y durante cuatro programadora en el Colectivo Mapa asociado a Arteleku. En la última década, ha combinado trabajos de comisariado con la producción cinematográfica de las películas “Sobre todo de noche” (2020-2022), “O Gemer” (2019-2021), “Euria ari du aspaldi ez bezala” (2019) y “La piba de oro” (2020-2021). Ha dirigido la película experimental “El cuerpo de la mujer sin sombra” (2019-2020), sobre la artista argentina Alicia D’Amico; “Ferreyra, a Film Concrete” (2021) -junto con Xabier Erkizia-, sobre la artista franco-argentina Beatriz Ferreyra; la película de ficción “Paraíso, cerca” (2021) y, más lejanas en el tiempo, los documentales “Mover montañas” y “La luz y el misterio de las catedrales”.