GARA Euskal Herriko egunkaria
ENTREVISTA
Entrevue
Eulogio Paz
Presidente de la Asociación 11-M Afectados por el Terrorismo

«El PP acabó culpando a las víctimas de la derrota electoral de Aznar»

Daniel Paz Manjón murió en el atentado yihadista de hace 20 años en la estación de El Pozo. Su padre, Eulogio, es ahora el presidente de la Asociación 11-M Afectados por el Terrorismo que su madre Pilar dirigió hasta el agotamiento. Y todo en memoria de su hijo, para desmontar las mentiras que medios y políticos ofrecieron para ocultar la verdad.

(FOTOGRAFÍAS: Gorka CASTILLO)

 

Siempre han preferido ser identificados como «afectados del 11-M» y no como «víctimas del 11-M». ¿Por qué?

Porque la etiqueta víctimas no encaja con nosotros. En cierto modo, es estigmatizarnos de por vida y, por lo tanto, de revictimizarnos. Es cierto que sufrimos las decisiones que tomaron otros, pero al menos tenemos la libertad de considerarnos afectados por un acto de terror. Yo no me considero víctima. Es una cuestión de afectos y, por lo tanto, soy afectado. En 2004 ya crearon la Asociación de Ayuda a las Víctimas del 11-M, en cuya génesis estuvo la expresidenta madrileña Esperanza Aguirre para ensombrecernos y hundirnos. No lo logró. Al contrario. Tres años después, solo representaba a ocho afectados y, hoy, ya no existe como tal. Nuestra asociación tiene un carácter cívico y está conformada por algo más de 1.800 personas. Con esfuerzo, hemos ido sorteando múltiples escollos que nos han puesto en el camino durante estos 20 años. El más doloroso fue el abandono institucional ante el acoso y las mentiras vertidas por el PP y algunos medios de comunicación. Soportar las teorías de la conspiración nos sigue haciendo mucho daño.

¿Consideran que han sido tratados de manera diferente a otras asociaciones de víctimas?

Hablar de categorías sería aceptar que uno es más que otro y eso no lo admito. El dolor se comparte. No es territorio de competencia. Lo tengo muy claro. Pero sí es cierto que hay víctimas del terrorismo que, por la relevancia de la autoría o por el cargo que ocupaban, han recibido más apoyo y atención que nosotros, donde la mayoría de los fallecidos eran trabajadores, inmigrantes y estudiantes. El PP trató de ocultar esa realidad con mentiras para convencer a la ciudadanía de que todo aquel horror era obra ETA. Fue tan despreciable que, al menos, tres días después del atentado, el PP fue derrotado en las urnas. Por mentiroso. El vínculo del 11-M con la guerra de Irak es una de las cosas que nos diferencia de las de ETA.

La expresidenta de su asociación, Pilar Manjón, pagó un altísimo precio por mantener su dignidad en aquel ambiente de bulos creados desde altas esferas del poder.

Para el PP, en todo hay una motivación política. A Pilar, que estaba afiliada a CCOO, la tildaron de izquierdista y empezaron a machacarla, a difamarla. Dijeron auténticas barbaridades sobre ella, sobre mí y sobre nuestro hijo asesinado el 11-M. Nos consideraron los culpables de su derrota electoral, de haber puesto los muertos que terminaron con Aznar. Ese ensañamiento y esas mentiras, un día y otro, impidieron que muchos afectados pudieran elaborar el duelo, cerrar heridas, recomponer la vida rota por un atentado y regresar poco a poco a la normalidad y a la convivencia.

Han pasado 20 años. ¿Cómo recuerda aquel día?

Me llamó por teléfono una compañera de trabajo para decirme que se habían producido unas explosiones en Atocha y que estaba un poco preocupada. Cuando colgué, entré en el ordenador y vi que uno de los trenes afectados era el que solía coger mi hijo Daniel para ir a la universidad. Le llamé al móvil y no respondió. Luego a Pilar, y me dijo que a ella tampoco le cogía. Yo estaba cerca de Atocha, en el trabajo, así que empecé a recorrer todos los hospitales de la ciudad. En el Gregorio Marañón centralizaron los heridos que iban ingresando en el resto de centros de salud, pero no aparecía Daniel. Al final me fui a la Estación de El Pozo, la de mi hijo, por si encontraba a alguien que tuviera noticias, pero fue imposible. Regresé al Gregorio Marañón y me dijeron que si no estaba en la lista de heridos fuera al Ifema porque allí podían darnos alguna información. Creo que llegamos sobre las cuatro de la tarde. Nos pidieron alguna señal de identificación de Daniel y nos quedamos esperando noticias el resto de la tarde. En ese rato, llegaron familiares y amigos de mi hijo con mantas porque no nos íbamos a mover hasta que nos dijesen algo.

Fue una noche dramática. Había mucha gente buscando a sus familiares. De repente, escuchabas gritos de alguien a quien le acababan de comunicar la mala noticia. Ya de día, nos llamaron a Pilar y a mí para decirnos que prácticamente tenían identificado el cuerpo de Daniel, pero que tenían que hacernos las pruebas de ADN para confirmarlo. Luego nos pidieron que regresáramos a casa, que ya nos llamarían con el resultado. Y lo cierto es que nos llamaron, pero cinco días más tarde, el 16. Al día siguiente, lo incineramos.

¿Recibió apoyo de algún político o miembro del Gobierno durante aquellos meses?

No. A la sede de la asociación sólo ha venido Zapatero al poco de ser investido presidente. Pilar recibió una medalla del rey y mi me llamó el monarca para darme el pésame. Del PP, nadie. Pero, bueno, tampoco me parece relevante. Valoro más los actos honestos que los gestos para la galería. Lo único que me molestó fue que a raíz de la comparecencia de Pilar en la Comisión parlamentaria del 11-M, en diciembre de 2015, comenzó a sufrir insultos, amenazas y acoso hasta el punto de que el Gobierno de Zapatero le asignó una escolta. Cuando Rajoy ganó las elecciones en 2011 se la quitaron con el argumento de que ETA ya no mataba. Eso fue un golpe duro, no porque se la quitaran, sino por las formas que utilizaron. Su retórica sobre el 11-M no había variado. Seguían tergiversando la realidad, sin empatía alguna hacia lo que nosotros sentimos y negándose a asumir la causa que provocó aquellos atentados.

¿Cree que faltan responsabilidades por depurar?

El 11M se produjo por la participación española en la invasión de Irak. Esa fue la motivación principal de los islamistas y no la intencionalidad electoral, tal y como siempre ha sostenido el PP. Ahí está la responsabilidad que Aznar ni nadie de su Gobierno ha reconocido. Y no creo que lo hagan jamás. Ocultaron errores gruesos en la prevención de ese atentado. Por ejemplo, la amenaza que realizó Al Qaeda en octubre 2003 por participar en aquella invasión. Meses antes del 11 de marzo, FAES, de la que Aznar sigue siendo presidente, adelantó en un artículo los riesgos que acarreaba la presencia de tropas en Irak. Y dos años antes del atentado de Madrid desarticularon un comando islamista en la “Operación Dátil”. Es decir, había indicios e informes de que la amenaza de atentar en España iba en serio. Sin embargo, no adoptaron medidas preventivas. Al contrario. En el juicio quedaron en evidencia las fallas en la coordinación entre los distintos cuerpos policiales. Aznar mintió a todo el mundo, incluida a la ONU, para que condenara a ETA por un atentado que no cometió.

A su asociación, y a Pilar Manjón en particular, les han acusado de estar demasiado «politizados» para representar a un colectivo de víctimas plural como el del 11M. ¿Cómo encaja esta crítica?

Pilar es la figura por antonomasia de nuestra asociación. Por su entrega, por sus palabras, por todo lo que tuvo que aguantar, por la dignidad que siempre ha mostrado. Esas acusaciones son rechazables desde cualquier punto de vista. Ángeles Pedraza, que perdió a su hija Myriam el 11-M, tiene toda mi solidaridad y respeto como víctima del yihadismo. Exactamente igual que lo soy yo. Pero llama la atención que la nombraran presidenta de la AVT cuando el PP y esa asociación se manifestaban contra el proceso de paz con ETA, a quien relacionaban con el 11M. En 2019 se presentó como candidata al senado por el PP. Yo no censuro que cada uno trabaje, milite u ocupe cargos políticos donde quiera y pueda. Faltaría más. Pero me indigna que nos acusen a nosotros de estar politizados. José Alcaraz es o fue diputado de Vox. Marimar Blanco está en la Asamblea de Madrid con el PP. La hija de Ana María Vidal-Abarca es senadora de Vox. Pero los culpables somos nosotros, los rojos, los de izquierdas, cuando ninguno de la asociación, que yo sepa, ha ostentado ningún cargo político ni pertenece a ningún partido, al menos con un nivel de responsabilidad. Yo puedo votar a quien me dé la gana. De hecho, el 14 de marzo de 2004, cuando todavía no sabíamos ni dónde se encontraba Daniel, fui a votar. Por mí y por mi hijo, que era partidario del “No a la guerra”.

Tres medios de comunicación se coordinaron para construir y difundir una teoría de la conspiración que aún hoy siguen sosteniendo. ¿Hasta qué grado esta manipulación ha influido en la memoria colectiva de aquel atentado?

No lo sé. Supongo que han influido porque aún la sostienen. 20 años después siguen sugiriendo que hay agujeros negros pendientes de resolver. Es una manera sucia de contaminar el relato verídico y de evitar que la sociedad conozca en profundidad lo que sucedió el 11-M y por qué. Hablar de ello les produce urticaria porque sería denunciar su entramado político, sus redes clientelares y su financiación corrupta. Por eso prefieren derivarlo a ETA. Con sus dudas e insidias nos impidieron hacer un luto necesario y a algunos les arrebataron hasta las ganas de vivir. Ahí está Rodolfo Ruiz, el comisario de Vallecas que custodió la mochila que no explotó y al que machacaron hasta que su mujer se suicidó.