GARA Euskal Herriko egunkaria

Concentración de esperanzas y famas escénicas


Ando por Donostia abrumado. Cuando se concentra tanto talento sobre las tablas y tantas ilusiones en las mesas de contactos, el ambiente se recarga de expectativas. Muchos sabemos por experiencia que el viernes será un día de recuentos y volverá todo a una tediosa normalidad. Por las calles, salas y restaurantes donostiarras circulan personas que están al frente de entidades de países culturalmente potentes, que mueven presupuestos inverosímiles para lo que se acostumbra en nuestro paisaje.

Un buen número de invitados internacionales, algunos viejos conocidos, asiduos de las últimas décadas, otros recién incorporados, en un intento de la organización de dFeria por abrirse a mercados europeos que, por lógica geográfica, estructural y cultural, deberían ser más asequibles en viajes de ida y vuelta, asunto complejo de estudiar debido a muchas circunstancias económicas y, sobre todo, lenguajes escénicos que nos distancian. Andamos saludando a antiguos compañeros, algunos ya jubilados, conociendo a personas que han accedido a puestos de responsabilidad, compartiendo espacio y esfuerzos con varias generaciones llamadas a ser quienes encabecen las reformas y lideren los nuevos tiempos. Los mirones estamos en silencio tendencioso.