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KUNG FU PANDA 4

Una entrega entretenida pero sin sustancia


De manera muy efectiva, la saga “Kung Fu Panda” ha seducido al público más joven. Este reconocimiento no solo se debe a las tres películas anteriores, sino también a los diversos proyectos relacionados con la franquicia, especialmente las series de televisión que han expandido su universo.

Mantener una saga en pie después de cuatro películas no es tarea fácil, y la nueva entrega aborda un cambio temático, explorando un aspecto que, aunque sigue siendo el corazón de la serie, no había sido tan explorado anteriormente. Po continúa en su búsqueda por encontrar su lugar en el mundo y descubrir su aporte al mismo, enfrentándose a dudas y problemas constantes. En esta ocasión, se ve solo ante el peligro, sin los carismáticos guerreros que lo acompañaron en las entregas anteriores y cuya aportación se echa de menos.

UN BUEN APARTADO TÉCNICO

La trama presenta al protagonista enfrentándose a una malvada hechicera que amenaza con destruir el mundo al resucitar a los enemigos pasados de Po y otros grandes maestros del Kung Fu. Además, debe decidir quién será su sucesor como Guerrero del Dragón, mientras él mismo asume el papel de sabio. Aunque la película mantiene la efectiva combinación de artes marciales y comedia que ha caracterizado a la saga, la trama familiar vuelve a ocupar un papel central, dejando un sabor de déjà vu. Aunque entretenida y divertida, la película carece de la frescura que la haría verdaderamente memorable o innovadora. Los cambios introducidos en la historia finalmente nos llevan de regreso a la relación de Po con su familia, proporcionando una experiencia entretenida pero predecible. Mención especial merecen su cuidada factura técnica, la recreación de las coreografías y los combates, y su ritmo trepidante.