GARA Euskal Herriko egunkaria
POR TUS MUERTOS

Un des-concierto nostálgico


La película se adentra en la jungla de la nostalgia ochentera con un enfoque que oscila entre lo cómico y lo patético, dejando al espectador atrapado en un torbellino de chistes de mal gusto y situaciones embarazosas. La película intenta revivir el espíritu de las bandas de rock de la época, pero lo hace de una manera tan desaliñada y desesperada que pierde cualquier atisbo de mensaje coherente. El relato gira en torno a Miguel, antiguo líder de una banda de renombre que ahora se ve obligado a vender flautas a estudiantes en su tienda de música. La oportunidad de redimirse llega cuando un famoso productor musical le ofrece una tentadora propuesta: reunir a su antigua banda, los Metralla, para un último concierto en el Palacio de Madrid. A cambio, Miguel podrá grabar un disco en solitario. Sin embargo, la película se desmorona rápidamente debido a su falta de dirección clara.

MONTAJE DESCUIDADO

La producción se tambalea, mostrando un montaje descuidado y un guion que oscila entre el drama personal y un romance insípido y predecible. La idea de crear una comedia musical con temas potentes y un homenaje digno a las bandas de rock urbano se desvanece ante la confusión de la trama y la elección de un reparto poco acertado. La ambivalencia entre abrazar la farsa y recurrir a una segunda lectura más profunda, aunque un tanto tardía, sin sumergirse lo suficiente en el absurdo, es evidente en la disparidad de ritmos entre los personajes, los chistes que caen en la mediocridad o no se desarrollan hasta alcanzar sus conclusiones más hilarantes.

A pesar de todo, Jorge Sanz destaca como una vieja gloria pasada de vueltas, sumergiéndose en su papel con una autenticidad que se pierde en el resto de la película. Quedan en el aire temas más profundos que merecían un tratamiento más cuidadoso.