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México no aceptará a deportados por la ley draconiana de Texas

El presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, señaló ayer que su Gobierno no aceptará a migrantes deportados por el Gobierno de Texas, si entra en vigor la ley SB4, una de las medidas antiinmigrantes más drásticas en la historia de EEUU.

Migrantes en la frontera de Ciudad Juárez. (Herika MARTINEZ | AFP)

El presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, avisó ayer de que su Gobierno no aceptará a migrantes deportados por el Gobierno de Texas, si entra en vigor la «ley draconiana» SB4, que el martes estuvo vigente por unas horas en medio de fallos judiciales divergentes.

«Si pretendieran deportar, por ejemplo, que no les corresponde, nosotros no aceptaríamos deportaciones, de una vez lo adelanto, del Gobierno de Texas y no nos vamos a quedar con los brazos cruzados», manifestó el mandatario en su conferencia matutina.

El gobernante mexicano se refirió a la ley SB4, una de las medidas antiinmigrantes más drásticas en la historia de EEUU, que convertiría en delito el que un extranjero ingrese al estado de Texas de forma irregular, además de facultar a las fuerzas estatales para realizar arrestos migratorios y deportaciones.

Su aplicación generó caos el martes, cuando la Corte Suprema de EEUU permitió aplicar la ley antes de escuchar argumentos de fondo, pero por la noche el tribunal de apelaciones del Quinto Circuito suspendió a última hora su entrada en vigor. Ayer se presentó ante un tribunal de apelaciones, por lo que el estatus de la ley continúa en el limbo. La ley es otro punto álgido en el polarizado debate nacional sobre la inmigración, que el candidato republicano y expresidente Donald Trump ha convertido en tema central de su campaña contra Joe Biden. Decida lo que decida el Quinto Circuito, es probable que el estatus de la ley acabe de nuevo ante el Tribunal Supremo, según “The Washington Post”.

En concreto, la ley promulgada por el gobernador de Texas, Greg Abbott, en diciembre de 2023, castiga con hasta 180 días de cárcel y una multa de hasta 2.000 dólares cruzar al estado de forma ilegal. El reingreso se tipificó como un delito grave castigado entre dos y 20 años de cárcel, dependiendo de los antecedentes.

En su pulso contra Biden, Abbott ya mandó transportar en autobuses a decenas de miles de migrantes a ciudades gobernadas por demócratas, como Chicago o Nueva York, pero no es la única iniciativa que ha impulsado el gobernador de Texas. De hecho, instaló una cadena de boyas gigantes en el río Bravo para evitar que los migrantes crucen hacia territorio estadounidense, impulsó el despliegue de alambre de púas de kilómetros en los pasos más transitados e instaló puestos de control.

Las tensiones entre México y Abbott también han crecido desde el año pasado ante las crecientes medidas antiinmigrantes del estado fronterizo. «Estamos en contra de esta ley draconiana, completamente opuesta a los derechos humanos, una ley deshumanizada por completo, anticristiana, injusta, violatoria de preceptos, de normas, de la convivencia humana, no solo del derecho internacional, sino hasta violatoria de la Biblia», comentó ayer López Obrador.