Un Alavés que no muerde termina siendo devorado por el Madrid

Con todos los objetivos del año cumplidos, los albiazules adolecieron de la tensión competitiva necesaria y, con espacios y tiempo para pensar, la calidad del campeón de Liga los trituró, convirtiéndolos en una mera comparsa en la fiesta blanca.

Un Deportivo Alavés sin la tensión necesaria una vez cumplido el objetivo principal de la temporada terminó siendo zarandeado por un Real Madrid que tampoco tuvo que apretar demasiado para deshacerse de unos albiazules que terminaron siendo una comparsa en la fiesta blanca. Un Glorioso que, con mejor o peor suerte, había competido en la gran mayoría de los partidos, adoleció ayer de sus señas de identidad y fue víctima de su apatía y la calidad de un equipo que ya piensa en la final europea de Wembley.

Y precisamente con miras a preparar ese partido ante el Borussia Dortmund, Ancelotti presentó un once más reconocible que el de Luis García Plaza que, más allá de los nombres, tampoco colectivamente estuvo a la altura, concediendo muchos espacios a pesar de jugar la mayor parte del partido en su campo.

Y eso que la puesta en escena, con Rioja y Samu poniendo a prueba a la zaga blanca en dos saques de banda en el primer minuto, resultaba muy esperanzadora. Sin embargo, no pasó de un oasis en medio del desierto.

TODAS LAS FACILIDADES

Y es que, por mucho que pareciera que, con una cita tan trascendente a la vuelta de la esquina, los blancos podrían cuidarse más de meter la pierna, los albiazules mordieron aún menos. La primera mitad terminó con un 3-0, un 78% de posesión blanca y un 30/18 en duelos ganados para el Madrid que explican lo sucedido. Con espacios y tiempo para pensar, la calidad blanca resultó imparable, por mucho que la fortuna fuera la clave en el primer gol de Jude Bellingham.

En esta tesitura, minimizar daños era el objetivo albiazul en una segunda mitad en la que, a pesar de rondar el gol ante un buen Courtois, fue el Real Madrid el que amplió su ventaja en el marcador.