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DEEP SEA. SAKONTASUNERA BIDAI BAT

Un viaje onírico fascinante bajo el mar


La primera impresión que nos asalta en cuanto visualizamos las primeras secuencias de “Deep Sea. Sakontasunera bidai bat” es su intención de seguir la estela del imaginario del maestro Hayao Miyazaki y el Studio Ghibli. La comparación se hace inevitable debido a su impactante y vibrante caligrafía multicolor que asombra y maravilla al espectador. De hecho, esta película podría fácilmente pasar por una obra de Studio Ghibli realizada en animación CGI por una inteligencia artificial. Sin embargo, aceptar esta premisa sería injusto para el cineasta Tian Xiaopeng, quien demuestra un claro amor y profundo respeto tanto por la historia que cuenta como por la forma en que la cuenta.

Tian Xiaopeng presenta una vigorosa y caleidoscópica película de animación dirigida a un público sofisticado. Su obra brilla con luz propia, obligando a los espectadores a mantener la mirada fija en la pantalla gracias a una exquisita animación. Desde el primer momento, deslumbra con su apabullante puesta en escena, respaldada por una historia que da sustento a su meticuloso y colorido despliegue audiovisual.

La película no es solo un espectáculo imaginativo y lisérgico que emplea tinta china en su estética; también es una emotiva reflexión sobre la aceptación de la pérdida, la amistad, la empatía y la unión frente a la adversidad. Estas temáticas se entrelazan con una narrativa visual que hipnotiza y conmueve, demostrando que la animación CGI puede ser un vehículo poderoso para las emociones humanas.

A pesar de su grandiosidad, puede llegar a sentirse sobreestimulada y sobreexplicada en algunos momentos, lo que puede resultar excesivo y agotador para algunos espectadores. Sin embargo, este exceso no quita mérito a la experiencia arrolladora y sensorial que nos ofrece este largometraje de corte onírico.