21 MAI 2024 KOLABORAZIOA Nuevos escenarios, viejos esquemas Alfredo OZAETA Una vez superada la resaca de las últimas elecciones al Parlamento de la CAV, provocada por las lecturas interesadas de algunos de los contendientes y sus corifeos; de asistir a las grandilocuentes declaraciones de los que consideran haber salido «ganadores» del embate, y de soportar la pedantería de los siempre infalibles tertulianos o comentaristas que hacen de la manipulación su actividad en modo lorito con «ya lo decía yo...». Aderezado todo ello con los alarmistas mensajes de los ultramontanos inmovilistas que interpretan el aire fresco o los avances progresistas como una amenaza (sic), llega el momento de sosegadamente hablar de qué han supuesto o debieran hacer pensar estos comicios. Para una gran mayoría de los medios, incluidas radios y televisiones públicas, las que en su integridad pagamos entre todos, nos lo cuentan como que, más allá de un diferente reparto de escaños, no ha cambiado nada. Para los políticos profesionales, los que han hecho de una actividad en favor de la sociedad su oficio, una vez pasado el susto y respirar tranquilos junto con sus cercanos colaboradores, tampoco ven que algo está cambiando. El haber mantenido las poltronas, PNV-PSE, para poder reeditar sus pactos y componendas al uso con el consiguiente reparto o pago de favores, mediante la asignación de cargos y puestos varios, les inoportuna e impide ver los nuevos escenarios. Volviendo a relegar los criterios de méritos profesionales y humanos en favor del carnet o afinidad ideológica. Un ejemplo más de que siguen priorizando sus intereses personales y corporativos por encima de los de la colectividad. Reproduciendo su viejo esquema de que, una vez amortizados los señuelos utilizados en la campaña electoral para mantener sus privilegios, decidir cómo repartirse el botín. Las demandas y quejas sociales sobre la necesidad de un cambio en el modelo de gestión y su constatación en las urnas, muy al pesar de sus inmorales y deshonestos esfuerzos para silenciarlos, ya las han olvidado. Su arrogancia vuelve a impedirles dialogar y escuchar los mensajes de los ciudadanos e incluso la necesidad de cambio real en su gestión de los recursos y aspiraciones sociales y políticas del pueblo que dicen representar. Vista su actitud y oídas y escuchadas sus declaraciones, se llega a pensar que siguen instalados en que nada ha cambiado, sin percibir que una gran mayoría les está diciendo que para cambiar los resultados es fundamental modificar el modelo y la forma de obtenerlos. Llegados a este punto, uno considera que el día de reflexión en las elecciones se debiera institucionalizar el día después de los comicios, no el anterior, y además este debiera dirigirse preferente para los políticos que han concurrido a las elecciones y para el resto de los cargos públicos beneficiados o damnificados por los resultados. Ha quedado patente que esta comunidad no comparte las formas y los fondos en los arquetipos desarrollados hasta ahora en materias de sanidad, educación, policial, igualdad, infraestructuras, inversiones, medio ambiente, etc. Y de que, además, aspira a convertirse en una sociedad libre, solidaria con los más desfavorecidos o injustamente agredidos y con participación propia y soberana para con todas nuestras limitaciones contribuir en la construcción de un planeta más habitable, justo y en paz. El éxito de EH Bildu en las últimas elecciones al Parlamento de la CAV, además de incontestable, se puede medir en términos de cambio de tendencia, y lo que es más importante, en toma de conciencia de una gran parte de este país de que la sociedad necesita otro modelo de gestión en sintonía con las necesidades de los ciudadanos y no con los intereses de las élites ni con objetivos mercantilistas. Ahora toca administrar eficientemente los resultados, cumpliendo inexcusablemente los compromisos adquiridos y atendiendo las demandas y solicitudes ciudadanas, sin perder las señas de identidad que permanentemente han acompañado a la izquierda abertzale en su difícil y comprometido recorrido: humildad, trabajo, honradez, integridad, y vocación de servicio en favor de los derechos democráticos y mejora de vida para todos los ciudadanos en parámetros de justicia e igualdad Fieles a lo que ha impulsado y caracterizado a EH Bildu como movimiento popular de acumulación de sectores progresistas y cercanía con los ciudadanos, e independientemente de las interesadas y partidistas actuaciones y decisiones de los demás, la partida la debe continuar jugando a puertas abiertas y para toda la sociedad. El objetivo entiendo, no debe ser nunca el poder en sí mismo sino la herramienta para la mejora, en la atención y cuidados de todas las personas sin ningún tipo de distinción. Toca seguir trabajando, subsanar y aprender de los errores cometidos, que seguro que los ha habido, mantener los valores y principios, gestionar los éxitos con humildad y más trabajo y focalizar la dedicación y esfuerzos en las personas y sus derechos. Platón nos legó que: el que aprende y aprende y no practica lo que sabe es como el que ara y ara y no siembra. Como se decía en campaña: ¡al tajo, que hay mucho por hacer! Su arrogancia vuelve a impedirles dialogar y escuchar los mensajes de los ciudadanos