17 JUIL. 2024 «DE NATURALEZA VIOLENTA» Un «slasher« que no dejará indiferente a nadie Gaizka IZAGIRRE HERNANI Esta es una película de terror del subgénero slasher, que enfatiza las tomas muy largas y estáticas y no lleva banda sonora. El denominado cine contemplativo es aquel que rechaza las técnicas clásicas de montaje analítico para explorar el potencial estético del tiempo real mediante diferentes estrategias, y esto es lo que hace precisamente Chris Nash con su ópera prima. La cámara pivota principalmente entre dos posiciones: cuando se coloca detrás del asesino y seguimos en tercera persona todo lo que hace -y lo que no hace-, casi a modo de videojuego. Y la segunda, cuando se establece en planos fijos muy largos, sin movimiento y a veces utilizando el gran angular, para crear una sensación de desapego hacia la violencia que inflige el no-muerto Johnny. Casi a tiempo real asistimos a muertes crudas y muy violentas. Al igual que en muchas películas de Michael Haneke, esos planos estáticos eternos generan una intranquilidad difícil de describir. Una intranquilidad que para muchos puede resultar aburrida e insoportable; les recomiendo que hagan un esfuerzo, merece la pena. Absolutamente toda la narración está contada a través de los ojos de Johnny, lo que hace que no generemos apenas empatía con el resto de personajes. Remarcar también el uso del sonido; en todo momento la cinta nos regala un sonido de la naturaleza espléndido: cada pisada, cada movimiento, se escucha al más mínimo detalle. Esto hace que la experiencia sea mucho más inmersiva. Es obvio que el experimento que Nash plantea no siempre funciona; al principio me ha resultado un tanto tediosa, pero no he podido despegar la mirada de la pantalla. Tiene ciertos logros visuales y narrativos muy interesantes. En cualquier caso, es un trabajo encomiable que no dejará indiferente a nadie.