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Munición real y soldados contra las graves protestas en Bangladesh

Las protestas estudiantiles en Bangladesh, que han provocado un grave estallido de violencia y suma más de 100 muertos, desafían al autocrático Gobierno de Sheikh Hasina, que intenta sofocarlas con un estricto toque de queda, empleo de munición real y despliegue del Ejército.

Soldados descienden de los blindados para patrullar por las calles de Dacca y dispersar las protestas. (AFP)

Las manifestaciones estudiantiles casi diarias que vive Bangladesh desde principios de julio tenían inicialmente como reivindicación la reforma de las normas de contratación en la función pública, pero con la violenta reacción de la Policía antidisturbios, que ayer disparó munición real, ahora exigen el fin del mandato de Sheikh Hasina, que lleva 20 años en el poder, los 15 últimos ininterrumpidamente.

Esta ola de violencia sin precedentes ha dejado al menos 115 muertos -más de la mitad por disparos policiales- esta última semana.

Para los expertos, ha sido el propio Gobierno el que ha provocado esta crisis al no abordar las exigencias de los estudiantes y empeorar la situación con sus acciones. El viernes decretó un estricto toque de queda con órdenes de disparar y un apagón de comunicaciones y medios, y ha desplegado al Ejército en las principales ciudades del país.

Los estudiantes comenzaron pidiendo el fin del sistema de cuotas que reserva el 30% de los empleos en el sector público a grupos cercanos al poder. En vigor desde 1992, este sistema se redujo tras las protestas de 2018, pero en junio el Tribunal Superior ordenó reintroducir esa cuota para los hijos de los luchadores por la independencia contra Pakistán en 1971. Los manifestantes denuncian el uso de esta cuota para recompensar a los leales a la Liga Awami de Hasina.

Bangladesh no puede dar trabajo a sus 170 millones de habitantes y ese sistema indigna a los jóvenes graduados que sufren una aguda crisis de empleo. Unos 18 millones están parados en un país en el que la democracia lleva más de una década en suspenso.

La semana pasada, Hasina, hija del primer presidente de Bangladesh, que fundó el sistema de cuotas, avivó la tensión al comparar a los manifestantes con bangladeshíes que colaboraron con Pakistán.

Desde 2009, Hasina ha sido acusada por grupos de derechos humanos restringir la democracia, haciendo un uso indebido de las instituciones para controlar el poder y erradicar la disidencia.