GARA Euskal Herriko egunkaria
Entrevue
Marisa Monte
Cantante

«Llevamos el ritmo en el cuerpo, la música es un lenguaje intuitivo»

Compositora, cantante y multiinstrumentista carioca, Marisa Monte lleva años representando la diversidad musical brasileña, sobre todo con el trío Tribalistas, junto a Arnaldo Antunes y Carlinhos Brown. Debuta por fin en nuestros escenarios protagonizando este jueves 25 la sesión diaria del Kursaal en el Jazzaldia donostiarra, que arranca hoy.

(Leo AVERSA)

 

A lo largo de sus más de tres décadas de oficio, Marisa de Azevedo Monte (Río de Janeiro, 1967) ha ampliado el eco de la música popular brasileña por el mundo. Su pasión por la raíz de la samba, la bossa nova, el choro o el baião ha combinado elegantemente con el pop, el jazz o el soul.

Ha trabajado con lo más granado del país (Caetano Veloso, Gilberto Gil, Paulinho da Viola, Nando Reis, Seu Jorge, Naná Vasconcelos…) y roto fronteras colaborando con Laurie Anderson, Cesária Évora, Laurie Anderson, David Byrne, Julieta Venegas, Jorge Drexler y otros grandes apellidos musicales. Su propuesta más exitosa resultó el disco ‘‘Tribalistas’’, de 2002, en compañía de Arnaldo Antunes y Carlinhos Brown, con su puesta en escena en 2017 que alcanzó repercusión internacional.

Se presenta por primera vez en Euskal Herria, apoyada por un cuarteto, interviniendo este jueves 25 en el Jazzaldia donostiarra, donde quizás entone títulos como ‘‘Ainda bem’’, ‘‘Amor I Love You’’, ‘‘Maria de verdade’’, ‘‘Magamalabares’’ y material de su último álbum ‘‘Portas’’, un disco plural y diverso. Respondió a GARA vía cuestionario, por correo electrónico.

La influyente revista musical «Rolling Stone» la sitúa como cuarta cantante brasileña, por detrás de Elis Regina, Gal Costa y Maria Bethânia.

Todos ellas son cantantes excepcionales, algunas de las más grandes voces brasileñas y, a pesar de ser todas únicas, tienen una enorme relevancia en común. Veo esta comparación como un gran cumplido. Aprendí a interpretar escuchando y cantando sus álbumes.

A los nueve años ya tocaba una batería. ¿Nació con el ritmo en el cuerpo?

Todos llevamos el ritmo en el cuerpo. El corazón late, las venas pulsan, los pulmones respiran. La música es un lenguaje humano intuitivo.

En la adolescencia estudió canto lírico y cuando cumplió la mayoría de edad hizo una estancia en Italia para especializarse. Pero usted desistió de ese camino y pasó a cantar en bares. ¿Rebeldía juvenil?

No, solo conciencia y experiencia. Vivir sola en el extranjero estudiando fue importante para mi madurez personal, para mejorar mis conocimientos de teoría musical y canto. Pero también para mi visión de Brasil y de la música brasileña desde un punto de vista diferente que me hizo darme cuenta de la importancia y riqueza de nuestra identidad y expresión cultural. Estudiar en el extranjero me hizo tener muchas ganas de volver a Brasil y dedicarme a la música brasileña.

¿Por qué una brasileña se hace amante de la música y en particular de los ritmos de su tierra? ¿Por la herencia africana, por su multiculturalismo popular...?

La música brasileña es constante diversidad, variedad, mezcla e innovación. Nací y formé mi personalidad musical en esta mezcla de múltiples culturas y todo esto es muy natural para mí. Es parte de quién soy como brasileña, mi pasión por la diversidad y cómo entiendo la vida.

¿Cuáles han sido las influencias más importantes en su vida creativa?

Los grandes maestros de la música y también de la literatura, el cine y otros ámbitos de la creatividad humana. Nací en Río de Janeiro en una familia portelense [de Tenente Portela] donde aprendí a amar a los mayores compositores de samba brasileños desde mi casa, escuchando grandes álbumes en el tocadiscos. Candeia, Cartola, Paulinho da Viola, Clara Nunes, Martinho da Vila y Nelson Cavaquinho son parte de mi infancia y de mi alma musical donde busco inspiración para todo, en la música, la filosofía y la vida.

Tribalistas la encumbró internacionalmente. ¿Qué tenía de especial aquel «tribalismo»?

La alegría del encuentro y el intercambio creativo a través de la música y la poesía. Somos tres artistas con trayectoria independiente y no vemos a Tribalistas como un grupo sino como un proyecto colectivo. Hicimos nuestro primer álbum en 2001 y seguimos siendo amigos y socios. Nunca terminamos nuestra relación, hicimos un segundo álbum en 2018 y seguimos siendo tres artistas que se unieron para hacer realidad esta idea sin siquiera vernos como grupo.

Desde el disco «O que você quer saber de verdade» tardó una década en ofrecer nuevas canciones. ¿Ocuparon su tiempo otras propuestas, con la pandemia de por medio?

Cuando terminó la última gira, hice un álbum en vivo y un DVD. Después hice una serie de proyectos colaborativos con varios artistas interesantes, en un diálogo que disfruto mucho, pero que durante mis giras no encuentro tiempo para hacer. Hice el proyecto Samba Noize en el BAM de Nueva York, una gira nacional con Paulinho da Viola, un disco inédito, una gira internacional y un disco en vivo con Tribalistas. Ya tenía un repertorio listo para entrar al estudio cuando llegó la pandemia. Después de esta fase de colaboraciones, supe que era hora de volver a mí misma y extrañaba mi expresión en solitario.

Ese regreso discográfico de 2021 se llamó «Portas». ¿Por qué «puertas»? ¿Tenía que ver con el encierro por la pandemia?

Las puertas son elementos muy simbólicos que conllevan varios significados. Pasaje, transformación, elección, opciones, aperturas, cierres, cambios, y estas aperturas pueden ser externas o internas. Son ideas son profundamente filosóficas, humanas y atemporales.

Es un disco plural en el que caben ecos de muchos estilos. ¿Reflejaba una personalidad creativa abierta a cualquier horizonte e influencia?

Creo que es un reflejo de mis referentes musicales, que terminan plasmándose en las elecciones de repertorio. Me gustan todos los estilos de música y los grandes maestros de todos los tiempos. También mantengo contacto con la producción contemporánea, preservando y renovando mis asociaciones a lo largo de los años con artistas de todas las generaciones. Para mí la música no tiene edad.

Fue además una obra muy colectiva. En sus iniciativas, ¿sigue buscando el roce, colaborar, compartir?

Cuando produzco un nuevo álbum siempre es una oportunidad para invitar a personas que admiro y con quienes me gustaría colaborar. Elijo el elenco según las afinidades musicales, la admiración mutua y el deseo de combinar ideas. ‘‘Portas’’ es una celebración del encuentro, todo el mundo toca junto en vivo en el estudio con una dinámica humana y natural.

¿Cómo ve Brasil? ¿Cómo es posible gestionar un estado tan gigantesco y diverso?

Brasil es un país continental muy diverso, una democracia joven que enfrenta todos los desafíos del mundo contemporáneo a sabiendas de la complejidad de la vida. No es sencillo gobernar un país y atender las necesidades de la sociedad, garantizar los derechos, sea o no un país grande.

Dice que se considera feminista «en la práctica, no en la teoría».

Llevo 35 años trabajando en la música. Es un medio tradicionalmente masculino donde las excepciones siempre han sido las voces femeninas. Veo mujeres que ponen cada vez más su sensibilidad al servicio de la composición, en relación con lo imaginario y el arte. La presencia de la mujer en la música evoluciona como en otros sectores donde quiere ser protagonista de su vida con autonomía y libertad.

¿La clave de su liderazgo como mujer es su autonomía, ser dueña de su obra?

El control total es algo que no existe, en la vida puede pasar cualquier cosa. Pero una buena información y conocimiento te ayudan a tomar mejores decisiones. Soy interesada, objetiva y organizada, y esto siempre me ha ayudado mucho.

No le gusta ser tratada como artista consagrada. ¿Sigue intentando aprender nuevos conceptos y sonidos? ¿Qué músicas y creadores más recientes le han sorprendido?

La producción brasileña es intensa y permanente, y siempre emerge mucha gente nueva. De la nueva generación destaco a Chico Brown, Ana Frango Elétrico, Pretinho da Serrinha y Bala Desejo.

¿Está consiguiendo su propósito de vida de envejecer, «feliz, alegre y fuerte»?

Sigo intentando aprovechar al máximo mi existencia en ese sentido.