29 JUIL. 2024 DONOSTIAKO JAZZALDIA Traca final, caos en trinidad y elegante dama en el kursaal Adiós a la fiesta tras casi una semana de cascada musical sobre la capital guipuzcoana. El maestro William Parker se despidió al mediodía. La siempre eficaz Diana Krall volvió a triunfar en el Kursaal. Y John Zorn y colegas clausuraron el certamen en la Plaza Trinidad con un larga ración de tensiones sónicas. ¿Balance? Redondo. El contrabajista William Parker trasteando con su nueva alboka. (Jon URBE | FOKU) Iñaki ZARATIEGI Adiós a la fiesta tras casi una semana de cascada musical sobre la capital guipuzcoana. El maestro William Parker se despidió al mediodía. La siempre eficaz Diana Krall volvió a triunfar en el Kursaal. Y John Zorn y sus colegas clausuraron el certamen en la Plaza Trinidad con un larga ración de tensiones sónicas. ¿Balance? Redondo. Tras encadenar días de gris meteorología, salió el sol y la jornada dominical acabó resultando espléndida. Con genuino jazz al mediodía a cargo de la pianista madrileña Marta Sánchez y contagioso groove con Elkano Browning Cream. La clausura de las matinales del Teatro Victoria Eugenia fue entrañable con el contrabajista William Parker en trío. El veterano músico vuelve a Nueva York con el Premio Jazzaldia 2024, una alboka y la confirmación de que la valentía creativa no entiende de edades. Programar a Diana Krall como clausura del Kursaal es apostar sobre seguro, porque la elegante vocalista y eficaz pianista funciona siempre, desde su debut en el certamen en 1997. Ayer actuó en trío, sugerentemente aterciopelada, con una plural lista de versiones. Pero sin novedad mayor ni nervio jazzy. La dama canadiense convence sin despeinarse. En paralelo, Chillida Leku acogió al MAC Saxophone Quartet del instrumentista Rosario Giuliani y colegas con el programa ‘The Future of Tradition’, repertorio italiano de clásica metamorfoseada en jazz. Desde algún autor del siglo X al Donizetti de ‘Elisir d’Amore’. AGUR EN BRUTO Y EN TERRAZA En el cálido ambiente marino de Gros, una nueva multitud disfrutó de las terrazas en el adiós. Lo hicieron con el saxofonista alicantino afincado en Donostia, Alex Haro, y su quinteto, proponiendo libertad estilística en ‘Freedom’. El combo Euskal Hot Klub, llegado desde la Euskal Herria continental dio diversión con su mezcla de jazz manouche y aires vascos. El contrabajista Fran Serrano presentó su cuarteto multiestilístico. Por su parte, los donostiarras Motelas dibujaron arcoíris de variedad sónica sobre el Cantábrico. Y cupo al contrabajista mallorquín Pere Bujosa y grupo el honor de cerrar los espacios exteriores del Kursaal. El festivo blues con The Fake Cousins despidió por su parte el espacio Nauticool. El festival donostiarra quiso que la traca final en la Plaza Trindad corriera a cargo de John Zorn y amigos, con dos programas separados: ‘Chaos Magick’ y ‘New Masada Quartet’. Toda una tormenta sonora en la que el propio responsable participó al saxo. Energía en bruto y sin concesiones. Estridente agur para una edición que ha vuelto a ser redonda.