02 AOûT 2024 PERIODISTA VASCO ENCARCELADO EN POLONIA Pablo González, libre tras dos años y medio sin pruebas en contra ni juicio Tras casi 900 días encarcelado en Polonia, sin pruebas en su contra ni juicio a la vista, el periodista vasco Pablo González está libre. Ocurrió ayer en el marco de un acuerdo entre Rusia y diferentes estados, en el que han sido liberadas diversas personas, entre ellas varios periodistas. González tiene nacionalidad rusa. Su defensa destacó el carácter humanitario de la operación. Concentración en Nabarniz por la libertad de Pablo González, finalmente conseguida tras dos años y medio. (Monika DEL VALLE | FOKU) Ramón SOLA El periodista vasco Pablo González quedó libre ayer en Polonia y la causa judicial en su contra ha quedado interrumpida, poniendo fin así a una persecución que se prolongaba desde febrero de 2022 y que amenazaba con derivar en una dura condena de cárcel. La excarcelación fue confirmada a primera hora de la tarde a NAIZ por su abogado, Gonzalo Boye, quien detalló que había sido intercambiado por un periodista estadounidense y que a esa hora iba camino de Rusia. Y es que su origen ruso ha sido determinante para que quede incluido en un acuerdo entre Moscú y gobiernos occidentales, por el que se han producido diferentes liberaciones de periodistas y otras personas encarceladas en diversos estados. El más conocido es Evan Gershkovich, colaborador de “Wall Street Jour- nal” preso en una cárcel rusa tras una condena de 16 años de cárcel por espionaje. También quedó libre ayer. Los casos incluidos en este aparente acuerdo político global se van conociendo a cuentagotas. Así, el miércoles ya trascendió que Eslovenia condenaba a la vez que liberaba y expulsaba a dos ciudadanos acusados también de espionaje para Rusia: Artem Viktorovic Dulcev y Ana Valerevna Dulceva, de nacionalidad rusa y que habían entrado a Eslovenia con pasaporte argentino. «RAZONES HUMANITARIAS» En un comunicado emitido por la defensa de Pablo González se destaca que «esta liberación se ha producido en el marco de un intercambio entre Rusia y Polonia de periodistas presos en ambos países, un hecho que marca un hito significativo en favor de la libertad de todos los periodistas que se encuentran en estos momentos presos en diversos países». «Las razones humanitarias han sido primordiales en esta decisión, reconociendo el valor y la importancia del periodismo en la sociedad. El intercambio ha sido posible gracias a intensas negociaciones entre las partes implicadas y a un exhaustivo trabajo jurídico que ha asegurado un marco legal adecuado para su materialización garantizando el respeto a los derechos y la dignidad de los periodistas involucrados», añade el comunicado. La defensa del periodista vasco apunta que «las autoridades rusas han demostrado un interés real en buscar una solución a esta situación, mientras que otros se han centrado principalmente en criminalizar a Pablo González en lugar de defenderle y proteger sus derechos como periodista». Saluda acto seguido que González, «reconocido por su labor periodística y su compromiso con la verdad, vuelve ahora a la libertad tras un período de injusta reclusión. Este acontecimiento subraya la necesidad de proteger la libertad de prensa y los derechos de los periodistas a nivel global». «En nombre de Pablo y de su familia queremos expresar nuestro agradecimiento a todas las personas y organizaciones, especialmente Free Pablo, que han trabajado incan- sablemente para lograr este resultado, y, a través del trabajo realizado en este caso, reiteramos nuestro compromiso con la defensa de los derechos humanos y la libertad de información y expresión allí donde se vea amenazada», concluye. Indica además que Pablo González tiene intención de atender a los medios de comunicación en un futuro, cuando, apostilla, «esté en condiciones de hacerlo». FLAGRANTE ANOMALÍA Pablo González llevaba 887 días encarcelado en Polonia bajo la acusación difusa de espionaje para Rusia. Son dos años y medio en los que no se habían presentado pruebas al respecto y, según la interpretación de su defensa, la prisión solo tenía como objetivo tratar de forzarlas. No existía fecha de juicio en su contra y tampoco un plazo tope de encarcelamiento preventivo, lo que supone una flagrante anomalía en el marco europeo. Este periodista freelance, que ha publicado en GARA y otros medios, se enfrentaba a una acusación que podría haber conllevado hasta diez años de cárcel. Fue detenido la noche del 28 de febrero de 2022 por los servicios secretos polacos en su hotel cuando informaba desde Przemyśl, cerca de la frontera con Ucrania, sobre la crisis de migrantes que el conflicto estaba provocando. En este periodo de casi 900 días que ha permanecido preso Pablo González apenas ha tenido comunicación directa con sus allegados (tres visitas, casi una por año) y básicamente solo ha contado con algo de apoyo consular español. En un mensaje leído en la jornada de apoyo celebrada en abril en Nabarniz, una carta leída por Oihana Goiriena transmitía este mensaje de Pablo González desde la celda: «El sistema legal y penitenciario polaco hace todo lo que puede por deshumanizar el individuo; no hay resocialización aquí, solo desmoralización. Por lo que veo de otros presos, el rechazo social y la falta de solidaridad de familiares y vecinos, funden incluso más que el propio sistema. Y yo, gracias a vosotros, no tengo este problema. Mi sociedad exige justicia, mi libertad, como mínimo mi acercamiento al hogar... en esa solidaridad reside nuestra fuerza y nos diferencia de otros». Biden lo considera una «hazaña diplomática» El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, compareció en la Casa Blanca para detallar el intercambio de prisioneros con Moscú, incluidos tres ciudadanos estadounidenses, que propició asimismo la liberación de Pablo González. El mandatario estadounidense calificó de «hazaña diplomática» la operación, la mayor de estas características desde la Guerra Fría, y explicó que había logrado la liberación de 16 presos en Rusia, entre los que hay tres ciudadanos estadounidenses y una persona con residencia legal en Estados Unidos: Paul Whelan, Evan Gershkovich, Alsu Kurmasheva y Vladimir Kara-Murza. La Administración de Biden había puesto en el centro de las negociaciones la liberación de Whelan, exmarine estadounidense, y de Gershkovich, corresponsal en Rusia del “Wall Street Journal”. En las negociaciones habrían participado también Alemania, Polonia, Eslovenia, Noruega y Turquía, a las que Biden agradeció su labor. Añadió que no cejará hasta que todos los estadounidenses «detenidos injustamente o tomados como rehenes en todo el mundo se puedan reunir con sus familias». Según dijo, durante su mandato han sido liberados más de 70 estadounidenses presos en el extranjero. GARA «EXCELENTE»EH Bildu definió la liberación como una «excelente» noticia. «Más allá del contexto, estamos ante una excelente noticia: ningún periodista puede ser encarcelado sin un proceso justo. El periodismo no es delito», valoró en la red social X.