La historia del pop-rock en viñetas en blanco y negro
Tebeos y rock and roll han caminado hermanados desde su nacimiento hace más de sesenta años. Portadas y cuadernillos de discos, carteles y otras iconografías musicales son fértil campo para la imaginación dibujada. Se acaba de editar en castellano un proyecto francés en el que cincuenta y cuatro ilustradores retratan a sesenta y cuatro solistas o grupos. Una original antología en modo comiquero.
Desde los primeros discos en vinilo que se editaron con dibujos e ilustraciones en las portadas, los posteriores cuadernillos de los LPs con historietas enteras, o el mundo de los pósters, el cómic ha sido un fiel aliado del pop-rock o de géneros musicales hermanos como el jazz.
Ambos géneros tuvieron ya primeros contactos en los pioneros años sesenta. Los Beatles aparecieron en 1965 en la portada del tebeo rosa “Girls’ Romances”, en el que se inspiraba el influyente pintor pop Roy Lichtenstein. En 1967, la editorial Archie Comics y el magnate del pop Don Kirshner crearon The Archies, grupo ficticio de éxito universal con “Sugar, Sugar”. E ilustres apellidos tebeísticos o reconocidos ilustradores colaboraron desde entonces con la industria musical.
Uno de los más significativos encuentros entre esos dos mundos sucedió cuando el rompedor Robert Crumb diseñó en 1968 la portada del LP “Cheap Thrills”, de Janis Joplin, y elaboró docenas de otras, mostradas en la colección “R. Crumb. The Complete Record Cover Collection”, de 2011.
La lista de artistas gráficos que han trabajado durante años en proyectos musicales es extensa y diversa: Martin Sharp, destacado ilustrador del rock sicodélico; Storm Thorgenson, creador de la imaginería de Pink Floyd; Don Brautigam, que dibujó igual para músicas de jazz que metálicas, Derek Riggs, realizador de las portadas monstruosas de Iron Maiden, y muchos otros.
RETRATOS GALOS
Además de colecciones sobre portadas de discos dibujadas, existen bastantes antologías de la escena musical en viñetas. Ha sido quizás la cultura pop francesa la más rica en el cruce de caminos entre grafismo y música, y destaca en ese ramo el periodista Vincent Brunner, colaborador en destacados medios culturales y autor de “Le Rock est mort, vive le rock!” o “Sex & Sex & Rock’n’Roll”, con el dibujante Luz.
En 2009 coordinó y escribió las reseñas de la antología “Rock Strips”, historia del rock de la mano de una treintena de dibujantes galos. Un par de años después la obra se reeditó bajo el título “Rock Strips come back” (“Las tiras de rock vuelven”), añadiéndole nuevas biografías y nuevos ilustradores. La obra volvió a la carga en 2022 como “Rock & Roll. L´histoire du rock en BD”, con más novedades y en total 64 cantantes o grupos dibujados por 54 ilustradores. El libro ha sido traducido al español en la editorial Lunwerg como “La historia del rock en cómic”.
Una colección de semblanzas que recorre el pop-rock internacional, con un relato y un retrato o historieta de cada cantante solista o grupo seleccionados. En un mundo editorial en el que los libros sobre el mundo rockero son abundantes, la obra gala añade la novedad de recorrer esa trayectoria con dos elementos paralelos: narrativo y gráfico. Brunner tira de conocimientos periodísticos para asentar breves biografías y a las fechas y datos personales y artísticos, reseñas de conciertos, derivaciones hacia el cine, etc., añade siempre dos listas antológicas: una de canciones y otra de discos.
INVENTARIO
La tarea narrativa es ambiciosa y retrata desde los pioneros norteamericanos, el pop-rock británico de los 60 y la sicodelia, los años 70 y el punk hasta Nick Cave, Radiohead, P. J. Harvey o Amy Winehouse. Las críticas más esperables son las del inevitable supremacismo anglosajón, porque fueron quienes crearon y rentabilizaron el fenómeno. También la masculinización del relato, porque el viejo rock fue muy excluyente con las mujeres y hay solo ocho féminas en la selección.
O el escoramiento estilístico pop-rock en detrimento del rock metálico (con solo tres grupos estrictamente metálicos), el soul o los sonidos tecno. Y hay también solo tres artistas no nacidos en USA o UK, a excepción de la obligada cuota gala, con cuatro representantes.
El balance deja abierta la inevitable discusión sobre cuántos de los protagonistas merecen aparecer en la selección y quiénes faltan. En la primera edición había una página “bonus track” del dibujante Berbarian quejándose de que estaba “el baboso de Elton John” y no Dylan, Lou Reed y Neil Young. En esta nueva revisión se reedita la queja, pero aclarando que se han añadido los dos primeros y el canadiense sigue fuera.
CONTRADICCIONES
La originalidad de los dibujos es que un mundo tan colorista como el musical sea retratado en blanco y negro. Todas las firmas son francesas y en la primera edición de 2009 destacaban Serge Clerc, Berberian, Luz, Jean-Christophe Menu, Riad Sattouf, François Ayroles, Guillaume Bouzard… En las reediciones se han ido añadiendo Jacques de Loustal, Karim Friha o Fanny Michaelis.
Se han ido incorporando también algunas mujeres dibujantes, pero son solo media docena en total: Florencia Dupré la Tour, Nueve Antico, Corinne “Coco” Rey, Laure Del Pino, Elene Usdin y Catel Muller.
Destaca el trágico hecho de que Stéphane “Charb” Charbonnier, que dio muestras de su desparpajo retratando a la banda metálica Mötley Crüe, aunque los detestaba, fue asesinado el 7 de enero de 2015 en el asalto al periódico dibujado “Charlie Hebdo”.
Y aunque entre más de cincuenta dibujantes haya una obligada desigualdad y diferencia de originalidad y “calidad”, parece notarse una cierta tendencia al simplismo, lo naif y hasta el feísmo en el trazo.
FANTASÍAS
El veterano Brunner aporta abundante información periodística en sus sesenta y cuatro reseñas y abunda en anécdotas y sucesos. Hay historias más periodísticas que documentan la vida y obra de artistas, como Doors o Captain Beefheart. Hay dibujantes que siguen una línea autobiográfica y narran sus recuerdos personales sobre la relación con la obra de Janis Joplin, el dúo White Stripes, LCD Soundsystem... Otros prefieren elegir una canción como eje de su historia: ‘‘Lucille” de Little Richard, la versión de “Love In Vain” de los Rolling o diversos temas de Pink Floyd.
Lo más original y divertido son los fantasiosos guiones de los ilustradores. En los primeros dibujos del libro a Elvis Presley se le atraganta el vértigo del éxito saltando por azoteas de rascacielos neoyorquinos; truculenta metáfora sobre la caída en picado del rey del rock. Hay metamorfosis como la de los hermanos Young, de AC/DC, en diversas correrías en sus giras. Iggy Pop da mucho juego en las locas “Aventuras de Iggy y los chiflados”, perseguido por una freaky Alicia hasta el país de las maravillas. O cuando Elton John se le sube al escenario disfrazado de gorila.
David Bowie asusta a su entorno haciéndose el muerto. Jerry Lee Lewis es dibujado angustiado por el sistema capitalista con la canción “Money” de fondo. Un pedante crítico musical tiene un horrible encuentro en camerinos con Janis Joplin. Jimi Hendrix, que murió a los 27 años, tiene aquí 65, colabora con Miles Davis y en el cumpleaños de su mujer recupera su brazo derecho, amputado tras un accidente y que un seguidor le robó. Unos desenfrenados George Clinton y Bootsy Collins, de Funkadelic, tocan en la banda de Justin Bieber.
Las docenas de objetos, seres vivos, fenómenos naturales y hasta onomatopeyas con que se describe a The Pixies es uno de los momentos más originales de la colección. El grupo germano de tecno pop Kraftwerk es imaginado en un mundo urbano vacío e inhóspito. The Libertines ruedan alocadamente en bicicleta por París. Son ejemplos de la amplia saga de músicos y sus canciones pasados por la imaginación del mundo del cómic.
CONTINUARÁ
La selección que propone “La historia del rock en cómic” puede sonar a viejuna para las nuevas generaciones, pero se trata de una antología general no actualizada. Esa puede ser la razón de que en algunos dibujos y textos se deslicen rastros de sexismos y aires conservadores, porque de ambos ha habido sobradas muestras en ese mundo musical.
Puede servir para realizar las pertinentes comparaciones con las músicas populares del siglo XXI que, en medio de sus propias contradicciones, han derribado algunas vallas, sobre todo la de muchas mujeres construyendo discursos musicales autónomos.
En todo caso, la unión cómic-rock sigue viva y como cantaron Serge Gainsbourg y Briggite Bardot en “Comic Strip”: “¡Ven, niña, a mi tira cómica, ven a hacer burbujas, ven a hacer WIP! CLIP! CRAP! BANG! VLOP! ZIP! SHEBAM! POW! BLOOP! WIZZ!”.