Borrador para un acuerdo de memoria y denuncia

El Instituto Gogora y el Ayuntamiento de Donostia han anunciado la primera propuesta para materializar el acuerdo de junio de 2022, firmado por EH Bildu y el Gobierno español en el marco de la Ley de Memoria Democrática, que recoge el compromiso de convertir el palacio de La Cumbre de Donostia en espacio de memoria y dignidad, lo que supone el reconocimiento de la tortura y otras violaciones de derechos infligidas por el Estado, con el recuerdo del secuestro y tortura en ese lugar y posterior muerte de Joxean Lasa y Joxi Zabala como «eje vertebrador».

El borrador del proyecto ha sido elaborado por agentes del ámbito de la memoria y el Instituto Gogora. Sin embargo, los cambios a los que al parecer ha sido sometido ese borrador podrían ser motivo de preocupación en la medida en que supusieran desvirtuar la significación de ese espacio de memoria. Si así fuera, se trataría de la continuación del cinismo que ha acompañado al silencio y al intento de olvido oficiales en torno a ese lugar durante 41 años. Ha trascendido el interés por apartar de la gestión del proyecto a los agentes que trabajan en el ámbito de la memoria, cuando el acuerdo de 2022 recoge claramente que esos agentes deben tomar parte en la dirección de la fundación. Es importante que así sea porque son garantes de la significación original de ese espacio, más aún tratándose del reconocimiento de víctimas en muchos casos olvidadas y discriminadas.

Hay otras muchas víctimas, nadie lo niega, a las que también se les debe el respeto y el reconocimiento con los que afortunadamente cuentan. Pero a la vez existe una tendencia institucional a difuminar la memoria de otras a las que no se muestra el mismo respeto y reconocimiento. Con todo, en su tardanza, es pronto para hacer valoraciones en torno a las decisiones finales sobre el cumplimiento de lo acordado en su día. No obstante, es pertinente subrayar la importancia de respetar su espíritu por encima de opiniones que lo desvirtúan, toda vez que expresa un objetivo que no admite interpretaciones muy dispares, cual es recordar y reconocer a las víctimas del Estado y denunciar la violencia del mismo.