30 AOûT 2024 DE REOJO De trenes y opas Raimundo FITERO Para varias generaciones Talgo es una marca que remotamente relacionan con los trenes, pero para otras el Talgo representó uno de los avances más importantes y de mayor prestigio del franquismo industrial. Unos datos: Talgo es el acrónimo de Tren Articulado Ligero Goicoechea Oriol, empresa fundada en 1942 por el ingeniero militar elorriotarra Alejandro Goicoechea Omar (1895-1984) y el empresario José Luis Oriol Urigüen (1877-1972). La publicidad institucional con este invento de tren basculante fue impresionante. Este es el pasado remoto, pero es uno de esos vestigios de unos tiempos en los que se atendían ciertas industrias por ser estrategias: telefonía, electricidad, carburantes, ferrocarriles, aviación. Una de las factorías de construcción y reparación de las unidades del Talgo actual está situada en Ribabellosa y es una de las que puede sufrir algún desajuste en sus plantillas debido a una de las paradojas del capitalismo rampante: tiene tanto éxito, tiene tanta demanda de sus trenes, que no dan abasto y necesitan capital fresco para ampliar factorías y seguir invirtiendo en tecnología punta. Este lenguaje que relaciona la oferta y la demanda como una metafísica de la volatilidad del capital, es un capítulo del misterio de la industrialización y la confrontación del capitalismo especulativo frente al productivo. ¿Me entienden? El gobierno central ha negado una OPA de una compañía húngara sobre Talgo basándose en informes del CNI que advierten de las relaciones de esa empresa con la Rusia de Putin y concluyen que pone en riesgo la santísima Seguridad Nacional. ¿Lo entienden?