GARA Euskal Herriko egunkaria
1995

Tiempos difíciles: Muere Rabin y desaparece Urtizberea

Isaac Rabin (izda.) contempla el saludo de Bill Clinton a Yasser Arafat durante la firma de los Acuerdos de Oslo en 1993. (Mark REINSTEIN I ARCHIVO I EUROPA PRESS)

Sábado 4 de noviembre de 1995, 21.30 horas. En la plaza de los Reyes de Israel de Tel Aviv tuvo lugar uno de esos hechos históricos que marcan un punto de inflexión en la historia, tanto en la particular de Palestina e Israel, como en la general de Oriente Próximo y el tablero político internacional. Ese día murió el primer ministro israelí, el laborista Isaac Rabin, bajo las balas de un ultraderechista judío.

La noticia ocupó las primeras planas del mundo, también la de “Egin”. El diario de Hernani destacó la noticia en grandes caracteres y los datos que se ofrecían eran estos: el veterano político israelí, de 73 años de edad, murió en un hospital de Tel Aviv pocas horas después de que recibiera al menos tres disparos cuando descendía del estrado tras pronunciar un discurso en un mitin, organizado por colectivos pacifistas israelíes, en favor del proceso de paz con los palestinos. Pocos meses antes, el 25 de septiembre concretamente, se había firmado el denominado acuerdo de Oslo II, la continuación del firmado dos años antes por Rabin y Yasser Arafat, líder de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP). Bajo el eslogan «Sí a la paz, no a la violencia», en el mitin estaban el titular de Asuntos Exteriores, Simon Peres, quien sustituiría a Rabin al frente del ejecutivo, y la mayoría de los ministros del Gobierno.

El autor de los disparos fue detenido inmediatamente. Era un estudiante israelí de 25 años de edad y, según los primeros datos, pertenecía a un grupo de extrema derecha llamado Organización Judía Vengadora (Irgún Iehudí Nokem, en hebreo). Poco antes de estos hechos, en la zona autónoma palestina de Gaza, miles de seguidores del grupo islámico Yihad Islámica habían participado en un acto recordatorio hacia su líder, Fathi Shaki, muerto nueve días antes en un atentado atribuido a los servicios secretos israelíes (Mosad).

Ambos sucesos levantaron un manto de incertidumbre sobre el proceso iniciado. Protagonista de la remodelación postcolonial de Oriente Medio, la de Rabin era una figura ambivalente: para unos, era un hombre de paz; para otros, de guerra. Otros recordaban «sus 27 años de militar, en los que se curtió, primero en actos que hoy se tipificarían de ‘terrorismo’ contra las autoridades coloniales británicas, después, en campañas de expansión territorial», recordaba “Egin”.

Israel respondió cerrando sus fronteras y dejando en suspenso el denominado proceso de paz; un proceso que nacía de la esperanza, pero en el que, como ha demostrado la historia, siempre ha salido perdiendo el pueblo palestino. ¿Y casi tres décadas después, cómo estamos? Solo un dato, aparte de lo que sabemos todos: Itamar Ben Gvir, actual ministro de Seguridad Nacional del Gobierno Netanyahu, se hizo famoso por amenazar a Rabin tres semanas antes de que lo mataran.

MÁS GUERRA SUCIA, EN CASA

Demos un salto en el tiempo. Siete años antes, concretamente el 4 de noviembre de 1988, portavoces de Herri Batasuna alertaban en rueda de prensa de que se temía por la vida de Fermín Urtizberea, un concejal de HB de Hondarribia y antiguo corresponsal de “Egin”, desaparecido de forma «inquietante» unos días antes. Urtizberea ya arrastraba varias amenazas de muerte y dos atentados frustrados y HB no dudó de calificar su desaparición de un «relanzamiento de la guerra sucia».

El concejal había sido visto por última vez a las 00.15 del día 3. Desde entonces se desconocía su paradero: sus llaves fueron halladas entre los destrozos causados en la sede de HB en la localidad, «reivindicados» con una pintada del GANE (Grupo Antiterrorista Nacional Español) y su coche apareció abandonado en una pista del barrio de Arkategi.

Tres días después del secuestro, a las 23.15 del día 6, sus secuestradores lo dejaron en la carretera de Lezo, con signos de tortura y un fuerte shock nervioso. Acompañado por su abogado, Miguel Castells, el concejal explicó al cabo de unos días ante los medios cómo tres vehículos le pararon, que durante el secuestro temió continuamente por su vida y que le sometieron a un interrogatorio «sobre cosas tontas sin importancia» y le grabaron las siglas GANE en el pecho, a la vez que le quemaban la cabeza con un cigarrillo y un mechero. Ante el escándalo, la reacción del Gobierno del PSOE fue la de «la mejor defensa es un buen ataque». El delegado del Gobierno en Gipuzkoa, Juan Ramón Goñi Tirapu, en tono jocoso, dijo que tal vez el hondarribitarra «era masoquista» y el ministro de Interior, José Luis Corcuera, se mostró «indignadísimo» ante los medios por unos hechos que no dudó de calificar de «montaje».



[2007] Xabier Peñalver, Praileaitzeko xamanaren bila

“Xabier Peñalver, Praileaitzeko xamanaren bila” izenburua irakur zitekeen ZAZPIKA aldizkariaren 2007ko azaroaren 4ko azalean. Martin Ansok sinatu zuen testua, Conny Beyreutherrek argazkiak, eta garaian pil-pilean zegoen gaiari azala eta zortzi orrialde eskaintzen zitzaizkion. Ez zen harritzekoa, Deban xamanaren kobazuloaren aurkikuntzaren inguruan sortutako polemika ikusita. Protagonista: Xabier Peñalver (Donostia, 1952), Arkeologian doktorea eta Historiaurrean aditua; aztarnategiaren garrantzia azaldu eta arkeologoen lanaz mintzatzen zen elkarrizketa horretan.

Ia bi hamarkada beranduago irakurrita, haren gogoetek inoiz baino gaurkotasun handiagoa dutela ohartzen gara. Praileaitzekin gertatu zenak ere -ustiaketa betean dagoen harrobi baten barruan, garrantzi handiko leize-zulo baten aurkikuntza- islatu zuen errealitate bat; hau da, interes ekonomikoak interes orokorren gainetik gailentzeko ahalegintzen direnean, denok galtzen ateratzen garela. Elkarrizketa luze hau irakurgai duzue berriz NAIZen, bertsio laburrean eta originalean.