25 NOV. 2013 Las vecindades vitorianas como modelo para el futuro de Alde Zaharra Egin Ayllu ha recuperado en un libro la historia de las vecindades vitorianas, divisiones administrativas basadas en el autogobierno y en la solidaridad, dos principios que, gracias a esta asociación, vuelven a latir con fuerza en las calles de Alde Zaharra. Ion SALGADO La historia de las vecindades pasa desapercibida para muchos gasteiztarras. Pocos conocen su origen, fechado en el siglo XV, y sus funciones, que iban más allá de una simple división administrativa para mejorar la gestión y el gobierno de la ciudad. «Eran auténticas comunidades vecinales con unas considerables dosis de autogobierno, lazos socio-afectivos, sentimiento de pertenencia a una comunidad propia, y variadas formas prácticas de apoyo mutuo y solidaridad vecinal». Así se describen estas divisiones geográficas y administrativas en el libro «Las vecindades vitorianas: una experiencia de comunidad vecinal», publicado hace un par de meses por Egin Ayllu, una asociación que aspira a recuperar el espíritu comunitario de las vecindades en las calles de Alde Zaharra. Antonio Escalante, miembro de este colectivo, reconoce que el objetivo del libro va más allá de la recopilación de acontecimientos históricos. Al fin y al cabo, como él mismo explica, este trabajo es un «gancho», un nexo entre el pasado, el presente y el futuro del barrio. Elogia el trabajo vecinal realizado durante los últimos años y pone como ejemplo la creación de las fiestas Zaharraz Harro, la recuperación de la plaza Etxauri o la ocupación del frontón Auzolan, que pasó a manos de los vecinos de Alde Zaharra el 29 de junio de 2008. «En aquel entonces, colectivos diferentes se unieron y utilizaron la desobediencia civil para subsanar una necesidad del barrio», destaca Escalante, que habla de comunidad en lugar de vecindad. Una comunidad vecinal implicada, formada por personas de procedencia dispar, que pretende tejer una red solidaria a lo largo del barrio, depurando los errores cometidos por las vecindades. «Nuestra intención es hacer el barrio que nosotros queremos. Sabemos que mucha gente lo está pasando mal y queremos hacer algo, porque creemos que el barrio debe ser capaz de hacer frente a estas situaciones», subraya antes de matizar que el objetivo de los vecinos no pasa por fomentar la caridad ni por llenar el vacío institucional en Alde Zaharra. Por ello, apuesta por fomentar el «compromiso» vecinal. «El barrio te da algo, tú lo recibes y a cambio tú haces algo por el barrio», explica. En la misma línea, Koldo Alzola, integrante de Egin Ayllu, remarca que los vecinos y los colectivos sociales están inmersos en un proceso que debe desembocar en la puesta en marcha de un nuevo modelo vecinal, que dé respuesta a las necesidades de los residentes. «Cuando el Estado no puede responder a las necesidades de las personas, estas deben hacer frente a las mismas, y la mejor manera es mediante el trabajo vecinal. Esa una lección que podemos aprender de las vecindades», señala. Un contexto apropiado Alzola destaca que la situación actual, marcada por la crisis económica y los problemas sociales derivados de esta, puede fomentar la creación de una red vecinal que impulse la autogestión y la solidaridad en la colina. En definitiva, que sirva para formar una comunidad. «La historia de las vecindades nos ha demostrado que, cuando hay una necesidad, las personas se organizan para salir adelante. Y creemos que el contexto social y económico es muy apropiado para activar este tipo de herramientas y salir adelante gracias a ellas», afirma. Dichas herramientas han comenzado a tomar forma en algunas zonas de Alde Zaharra, donde cada día se impulsan nuevas iniciativas destinadas a promover las relaciones vecinales. Un ejemplo de las mismas se puede encontrar en un bloque ocupado de la calle San Francisco, que oferta talleres y organiza una tienda basada en el trueque. A esta idea se suman las iniciativas diseñadas por los jóvenes del Gaztetxe de Gasteiz, que también organizan cursos y talleres, y por las asociaciones vecinales de la zona. Un proyecto destinado a fomentar la convivencia entre los más pequeños Los proyectos y las iniciativas sociales también repercuten en los más pequeños. El pasado 30 de setiembre se puso en marcha un nuevo curso para los responsables de Goian. Un proyecto socioeducativo que tiene por objeto mejorar la convivencia en Alde Zaharra. «Creemos que la diversidad del barrio es un valor, una riqueza que hay que cuidar, y para ello hemos ido creando nuestro propio estilo de trabajo, en el que fomentamos y practicamos una convivencia basada en el respeto de la diferencia. Nuestros tres ejes de trabajo son la participación, la cooperación y la interculturalidad», destacan. El proyecto Goian, que organiza actividades deportivas y culturales para niñas y niños del barrio, se creó hace ocho años «para llenar un vacío en el ámbito vecinal, deportivo, cultural, social y educativo». I.S.