06 NOV. 2014 EDITORIALA Una aportación más allá de las palabras EDITORIALA La asociación Harrera, que desde hace tres años asiste a expresos y exhuidos vascos, firmó ayer un acuerdo con las asociaciones de Ipar Euskal Herria PACT-HD Pays Basque y Atherbea, que se ocupan de ayudar a los ciudadanos que atraviesan por dificultades a encontrar vivienda digna y a recuperar su lugar en la sociedad. Esas asociaciones pretenden así aportar su grano de arena al proceso de paz, poniendo su trabajo a disposición de quienes tras años de prisión o exilio se enfrentan a la falta de vivienda, de trabajo o, simplemente, a la desorientación en un medio que desconocen. Ciertamente, ese acuerdo supone una importante aportación al proceso de resolución en la dirección señalada por la declaración firmada el pasado 24 de octubre en Baiona por los principales partidos de Ipar Euskal Herria, y es, asimismo, muestra de voluntad de afianzar los pasos hacia un escenario de paz. El documento de Baiona recoge en uno de sus puntos la recomendación de elaborar por parte de las instituciones públicas un «plan de reinserción social de los presos». En concreto, hace referencia a temas como la ayuda al empleo, al acceso a una vivienda o a ingresos de jubilación. Gestos como el de ayer demuestran que existe un compromiso de ir más allá de las palabras, realizando una labor que en la resolución de otros conflictos ha corrido a cargo de gobiernos y, en el caso del conflicto del Norte de Irlanda, también de la Unión Europea. Una labor necesaria para la normalización que los gobiernos español y francés no solo no asumen, sino que dificultan. Muestra de ello es la actitud española de negar cualquier subsidio que legalmente corresponda a los excarcelados, o de perseguir el simple recibimiento a quien ha estado ausente durante largos años por parte de sus vecinos. Frente a esa irresponsabilidad, el trabajo de las asociaciones que ayer firmaron ese acuerdo ofrecen una lección no solo de humanidad, sino también de responsabilidad.