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Reparar el socavón del TAV tiene un presupuesto de 3,1 millones de euros

La reparación del enorme socavón que se abrió en octubre sobre las obras del túnel del TAV en la localidad de Hernialde tiene de momento un presupuesto de 3,1 millones de euros. Todavía no está clara cuál será la evolución de los trabajos, pero el Departamento de Medio Ambiente cree que el problema podrá estar solucionado en el primer trimestre de 2015, aunque el terreno difícilmente volverá a su estado original.


Los trabajos para la reparación del socavón sobre el túnel del TAV, abierto el 6 de octubre en Hernialde, están todavía en una fase de investigación exploratoria. El expediente de emergencia habilitado para estas obras, tiene una valoración estimada de 3.108.515,66 euros (más de 517 millones de pesetas), según una respuesta remitida por el Departamento de Medio Ambiente y Política Territorial al parlamentario de EH Bildu, Dani Maeztu.

En el Túnel Anoeta del tramo Hernialde-Zizurkil de la llamada «Y vasca», se produjo un primer desprendimiento el pasado 6 de octubre, que dio lugar ya a un socavón de unos cinco metros de diámetro y entre uno y dos metros de profundidad. Después de reforzar la zona en el interior del túnel, cuando se siguió avanzando en la obra, se volvió a producir otro desprendimiento el 15 de octubre. Tras proceder a estabilizarlo, se rompieron los sostenimientos realizados generándose un tercer desprendimiento, que dio lugar al enorme cráter de 20 metros de diámetro en la superficie, que desde entonces ha seguido creciendo.

Según los nuevos datos remitidos al Parlamento, en la cavidad pueden distinguirse dos zonas. Una inferior, de mayores dimensiones, que tiene una paredes estables pero un relleno parcial kárstico. En la capa exterior hay terreno inestable que se está viendo afectado por la fuerte pendiente de la zona y por las lluvias que, según el informe, está tendiendo a alcanzar un equilibrio de forma natural.

Investigando todavía

Los trabajos de reparación del enorme cráter abierto sobre el túnel están todavía en la fase de «investigación geotécnica exploratoria» tanto desde el interior como desde el exterior. Cuando se conozca la situación real del terreno, podrán comenzar las obras.

Primero habrá que hacer un camino de acceso para la maquinaria hasta la superficie de la chimenea. Después, vaciar la parte que siga teniendo peligro de derrumbarse. Luego se consolida el terreno, se rellena la cavidad y se procederá a la restauración ambiental de la zona, que dada la pendiente, será difícil que vuelva a su estado anterior.

El presupuesto previsto es de 3,1 millones de euros y la esperanza del Departamento es de que los trabajos estén terminados en el primer trimestre del año entrante.

El parlamentario Dani Maeztu se había interesado también por saber si antes de iniciar las obras del túnel se habían realizado prospecciones geotécnicas en la zona en la que se ha producido el desprendimiento. La respuesta del Gobierno ha sido que sí, que se realizaron los trabajos atendiendo a los criterios habituales en la redacción de proyectos del tren de alta velocidad. Estos estudios determinaron que era una zona kárstica, pero no pueden determinar, si no coinciden con ella, donde hay una cavidad concreta. En este caso, se habían hecho sondeos 80 metros antes del desprendimiento y 100 metros después.

El representante de EH Bildu preguntó si el Gobierno tenía intención de pedir responsabilidades a la empresa que realizó el estudio, a lo que la consejera Ana Oregi responde que los sondeos se realizaron correctamente y que es difícil detectar «fenómenos localizados».

Reparación

Medio Ambiente dice que en otras circunstancias se repondría el terreno a su situación original pero que viendo la fuerte pendiente existente, puede que no sea posible.

Dos semanas para informar al dueño de los terrenos

El primero de los derrumbes en las obras del túnel tuvo lugar el 6 de octubre por la noche y al día siguiente los responsables de la obra ya observaron que en el exterior se había producido «un hundimiento del terreno de unos 5 metros de diámetro y entre 1 y 2 metros de profundidad, aproximadamente».

Sin embargo, según la versión del propio Departamento de Medio Ambiente, tuvieron que pasar dos semanas hasta que el 20 de octubre un responsable de la obra se pusiera en contacto con el propietario del terreno, para concertar una reunión al día siguiente.

En ese tiempo, entre el 15 y 16 de octubre se produjeron otros dos desprendimientos en el mismo lugar, que acabaron produciendo el enorme cráter de más de 20 metros de diámetro.

Nadie contactó tampoco con la alcaldesa de Hernialde hasta el 2o de octubre, cuando el jefe de obra le llamó por teléfono para contarle lo ocurrido y pedir los datos del propietario. El 6 de noviembre se dio una reunión formal entre las partes para hablar de la reparación. Según el Gobierno, se mantienen contactos telefónicos. I.I.