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Laboral Kutxa Baskonia cae en el Top 16 ante el CSKA de Moscú

Digna derrota, pero ninguna opción de dar la sorpresa

Los gasteiztarras se pusieron 81-77 tras una mala primera mitad. Weems, De Colo y Teodosic sentenciaron.


CSKA MOSCÚ 99

LABORAL KUTX BASKONIA 90

El CSKA de Moscú promediaba victorias de más de 21 puntos en su cancha, de forma que el 99-90 que Laboral Kutxa Baskonia se trae a Gasteiz no deja de ser una derrota digna. Más aún cuando el 53-36 del descanso se convertía en 81-77 a poco de empezar el último período. Los de Ibon Navarro salieron de su letargo defensivo y su porcentual de tiro subió como la espuma de la mano de Mike James y Darius Adams. Con todo, ni en esos momentos transmitieron los gasteiztarras la sensación de que pudieran ganar, y menos aún cuando De Colo, Weems y Teodosic decidieron que se acabaron las bromas.

El ex de Bilbao Basket Aaron Jackson fue quien llevó la voz cantante en los primeros minutos. Ajax no es tan director como De Colo o Teodosic, pero con su velocidad agarraba siempre en desventaja a un Baskonia incapaz de hacer bien el balance defensivo. Vorontsevich y Weems se ponían las botas, mientras que Laboral Kutxa Baskonia respondía con el rebote ofensivo y chispazos de Tillie y James.

Por contra, un desacertadísimo Bertans -3 de 16 en total, con 1 de 9 en triples- dilapidaba casi cada balón que le llegaba. Así, de un preocupante 26-20 del primer cuarto se pasaba a un 53-36 que hacía presagiar una paliza que, afortunadamente, no tuvo lugar.

La locura de los bases

La bronca de Ibon Navarro surtió efecto. Cierto que los de Dimitris Itoudis tampoco apretaron el acelerador, pero los gasteiztarras no solo defendieron para llevarse el tercer cuarto con un parcial de 18-26, sino que voltearon la tendencia del partido, provocando algunos nervios en el seno moscovita.

Para que el partido cambiara de esa forma su decoración hubo otro elemento claro, que fue el de la locura de los bases gasteiztarras. Jackson erró dos o tres triples librados -alguno de ellos se salió de dentro- y tanto Mike James como, sobre todo, Darius Adams, respondieron clavándolas desde lejos, a pesar de lanzar varias veces desde muy malas posiciones y sin opción de rebote -paradójicamente, muchos de los tiros que erró Bertans eran más que claros-.

El choque entraba en el cuarto final con 71-62 en el marcador, y a la que los baskonistas encadenaron un par de triples de Bertans -a la octava fue la vencida- y James, mas un «dos más uno» de Tornike Shengelia, el marcador puso 81-77. Por cierto, que jugadores como San Emeterio siguieron toda esa reacción sentados en el banquillo.

Innecesarias ayudas

Itoudis llamó al orden a los suyos. Sentó a Jackson y dio la bola a De Colo y Teodosic. Asimismo, Demetris Nichols y Weems elevaron un punto su intensidad defensiva, mientras que Vorontsevich -hasta que fue eliminado- y Kaun cerraban su zona a cal y canto.

Ahí se acabaron las esperanzas baskonistas, que de pronto se vieron perdiendo 99-82. Incluso el trío arbitral le echó una mano al CSKA que facilitó su escapada. Con la relajación final, Causeur y James encadenaron varios robos que sirvieron para maquillar el resultado.

«Me preocupa cómo hemos empezado»

Ibon Navarro diferenciaba el partido en dos mitades, conforme al nivel defensivo exhibido. «Me preocupa cómo hemos empezado, porque si bien hemos encajado 99 puntos, también que les hemos provocado 18 pérdidas. Hay cosas que estamos cambiando atrás; nuestro número de posesiones es de lo más alto en Europa y el tema es que si los porcentajes del rival son altos, nos meten muchos puntos», resumía.

En palabras del técnico gasteiztarra, «el equipo se ha dado cuenta en el tercer cuarto de que podía ganar el partido, y para ello había que mantener ese nivel defensivo. Porque está acreditado que podemos anotar, pero lo que tenemos que hacer es mejorar atrás».

«El tema es ver por qué hemos llegado al descanso con tantos puntos recibidos y la sensación de no haber defendido. En la segunda mitad también han metido mucho, pero sí tenemos la sensación de que defendimos», reflexionaba Navarro, que dijo para terminar que «ha habido momentos de locura de nuestros bases que nos ha ayudado, pero trabajamos para que sean más constantes». A. G.