Cinco encuentros consecutivos sin perder demuestran que Osasuna está ganando empaque conforme van pasando las jornadas y se afianza en su nueva singladura en Segunda. La escuadra navarra ha abandonado la política de confiar en sus individualidades, lo que le llevó a firmar partidos locos con remontadas y goleadas, a basar su juego en el rendimiento del bloque, con encuentros bastante más controlados y medidos.

Sin duda, se trata de una buena noticia, ya que ese estilo de juego encaja mucho más en lo que es la idiosincrasia de la categoría de plata. Los resultados han dejado patente que de bien poco sirve en Segunda tener el control estéril de la pelota careciendo de profundidad y que, sin intensidad, difícilmente se puede hacer frente a los rivales, por inferiores que puedan parecer a priori.

Al vestuario rojillo casi le ha costado toda una primera vuelta darse cuenta de tal circunstancia, pero el envite de Anduva supuso un antes y un después. «El partido de Miranda fue un punto de inflexión porque, a partir de ahí, nos dimos cuenta de que no siempre se puede jugar como uno quiere y que tu juego está condicionado por el rival», manifestó Roberto Santamaría, coincidiendo con lo manifestado hace algunas semanas por otros compañeros.

El portero navarro reconoció que «nos ha costado adaptarnos a la categoría», pero a base de ir disputando encuentros «y recibir golpes», el equipo se ve ahora mismo «mucho más bloque que al principio», afirmó el cancerbero rojillo. Eso no significa que a partir de ahora las cosas vayan a ir rodadas y que el ascenso sea una meta factible. «Empezamos la liga pensando en un objetivo a largo plazo y nos equivocamos. Nos ha ido bastante mejor centrándonos semana a semana, así que en enero no vamos a pensar qué puede pasar en junio. No es bueno», reflexionó.

«Hicimos méritos para ganar»

Santamaría, que recuperó la titularidad tras superar una amigdalitis que le impidió jugar en Huelva, apuntó que «hicimos méritos para sumar los tres puntos» frente al Sabadell, «pero ya nos ocurrió algo similar contra el Girona». »La experiencia que tengo en Segunda me dice que estos puntos luego también vienen bien», matizó.

El valor del empate contra los catalanes tiene, a juicio del cancerbero, valor doble porque «demuestra a los chavales que nos están aportando cosas. Poco a poco se están asentando y, en este sentido, tenemos que estar contentos porque es beneficioso para todos y especialmente para el club». En todo caso, admitió volviendo al análisis sobre el partido del sábado, que «no llegamos con la soltura de otros encuentros, pero tuvimos opciones tanto en la primera como en la segunda parte».