Maider IANTZI DONOSTIA
Entrevue
AMAIA GARCÍA
COMPAÑERA DE UNAI PAROT

«Sentimos angustia, pero tendrían que cerrar las carreteras; si no, iríamos»

En el momento de charlar con GARA ya está en casa, con el gato sobre las piernas, mimoso después del viaje. Amaia ha ido a visitar a su compañero, Unai Parot, que se encuentra en Puerto. Es de Arrasate y cogió el autobús en Gasteiz, en la gasolinera Lopidana, a las 19.00 del viernes. Regresó al mismo punto ayer a las 6.00.

¿Qué tal ha ido el viaje?

Bastante mejor de lo que pensábamos. Los chóferes decían que la semana pasada fue muchísimo peor. Esta vez estaba todo nevado, pero la carretera limpia. Eso sí, ha llovido muchísimo. Mira cómo estamos, que con un viaje como este decimos que ha ido bien...

Los viajeros van a distintas cárceles, con distintos horarios, ¿cómo hacen para compaginar las visitas?

¡Qué juegos de manos hacen para que no coincidamos! A las 5.30 dejamos a los de Sevilla, a las 6.30 hicimos otra parada en Jerez, y a las 7.00 llegamos a la venta El Cepo, en tierra de nadie, desde donde nos dirigimos a tres cárceles: Puerto I, III y III. Pasamos el día allí. Los últimos salimos a las 19.00. A las 20.30 volvimos a Sevilla y allí arrancamos con toda la gente en el bus.

¿Cómo pasan el día?

La mayoría lleva libros. Si es verano, hay quien aprovecha la playa. Si no, solemos estar en El Cepo leyendo y hablando, o damos un paseíto. Así se va matando el tiempo.

En vista de las previsiones meteorológicas, ¿se planteó no acudir a la visita?

Nos preocupamos por el camino, y, por encima de eso, por no poder llegar. El bus da tranquilidad pero aun y todo sentimos angustia. Sí que te planteas perder la visita, por tu seguridad, porque sufren ellos dentro y los que se quedan en casa también. Pero tendrían que cerrar las carreteras; si no, iríamos.

¿Quiere añadir algo?

Le diría a la gente de alrededor que no es consciente del sufrimiento. Por ejemplo, en el bus ha ido una chica de 13 años con fiebre, que ha aguantado hasta ver a su padre. Ha estado todo el rato tumbada, su madre preocupada... Esto es una constante.

Aun así, en la voz transmite positividad...

No nos queda otra. Prefiero estar así, contenta. Conoces a mucha gente en los años que llevas en ruta y me quedo también con eso.