05 MAR. 2015 Fútbol internacional Si Unamuno alzara la cabeza El Bayern cumple 115 años goleando, el Dortmund se encomienda a Batman y Robin y Tévez emula a Pirlo. Joseba VIVANCO El alemán es, probablemente, el único pueblo del mundo que tiene prohibido entonar determinadas estrofas del himno nacional, el ``Deutschland Lied'', escrito en 1841. En los pilares del Bayern de Munich se fragua la historia del preso registrado en el campo de concentración de Dachau con el número 20.009. Fue el primer presidente del club bávaro, Kurt Landauer, hijo de judíos y al que el régimen nazi señaló desde su llegada al poder. Para el Nacionalsocialismo el fútbol profesional era un «asunto judío» y el Bayern, por tanto, era un «club judío». Un día después de la «Noche de los cristales rotos» fue encarcelado, aunque solo permaneció preso 33 días, justo hasta que su familia demostró que combatió con Alemania en la Primera Gran Guerra. Huyó a Suiza. Y sin él, el Bayern dejó de ser el campeón que era. Tras la caída de Hitler regresó, recogió los cascotes del club y los puso en pie, hasta su muerte en 1961. Y su historia, su recuerdo, la del «padre del Bayern moderno» como dijo de él Karl-Heinz Rummenigge, pasó al olvido, nadie quería recordar. Hoy, Landauer es presidente honorífico del club. Freistaat Bayern o Estado Libre de Baviera es el Bundesland o estado federado al que pertenece Munich, con lo que es fácil deducir que el Bayern München literalmente podría ser traducido por `Baviera Múnich' y, ojo, no Bavaria como algunos caen en el error. Así que nada tiene que ver el Bayern con el Bayer Leverkusen, cuyo nombre lo toma, es sabido, de la farmacéutica alemana del mismo nombre. Pues el primero de ellos, con `n', acaba de celebrar nada menos que 115 años de historia desde su fundación -con presencia de dos judíos- en la fonda ``Gisela'', situada en el corazón de la capital muniquesa, y lo ha hecho el mismo día que goleó 4-1 a otro histórico como el Colonia. Robben, Muller, Ribery, Gotze, Lewandowski, todos ellos se ponen a hacer un rondo y pasa que a los diez minutos ya pierdes 2-0. El holandés volvió a anotar y suma ya 17 goles en la Bundesliga, su récord personal. La ventaja de los bávaros se mantiene con respecto a un VfL Wolfsburg que volvió a firmar otro partido trepidante. El equipo de los `lobos' fue por debajo en el marcador frente al Werder Bremen hasta en tres ocasiones antes de llevarse finalmente la victoria por un 3-5, con dos nuevas dianas del enrachado tulipán Bas Dost, que ya suma la friolera de 14 goles en los últimos nueve partidos. Brutal. Pero si un choque levantaba expectación a priori ese era el RevierDerby entre BVB y Schalke 04, el Derby del Ruhr, su 146º edición, tan sólo 35 kilómetros entre Dortmund y Gelsenkirchen. Rivalidad eterna y eso que los primeros fichan más jugadores de los `mineros' que de cualquier otro club alemán. Al final, la Südtribune del imponente Signal-Iduna Park estalló con el 3-0 que los borussers endosaron a sus rivales, todos en los últimos quince minutos de partido. Marcó el joven Reus y también Pierre-Emerick Aubameyang, y uno y otro fueron protagonistas de la foto de la jornada, el primero con la careta de Robin y el segundo con la de Batman, tras anotar este su gol. «Queríamos añadir algo divertido. No fue posible en la primera parte de la temporada», aseguró Marco. Jurgen Kloop no se sorprendió, recordando la máscara de Spiderman que el delantero gabonés sacó para celebrar un tanto durante el partido de la Supercopa alemana ante el Bayern. El domingo, Klopp no pudo evitar volver a sonreir. Con 31 disparos a puerta, el renacido Dortmund obtuvo su cuarta victoria liguera consecutiva. Los 12 puntos seguidos han elevado al equipo desde la última plaza a la décima posición para estar ya cinco puntos por encima del descenso y únicamente a ocho de la cuarta plaza. «Si los espectadores quieren emociones pero tú les ofreces una partida de ajedrez sobre hierba, alguna de las dos partes tendrá que buscarse un estadio nuevo. Los 60.000 dortmundeses que llenan las gradas no vienen para sentarse a contemplar distraídamente un partido de fútbol. ¡Quieren pasión!», sostenía en cierta ocasión Klopp. Eso les está dando ahora. Pasión. Como la emoción que se vivió en las gradas del Olímpico en el duelo por el Scudetto, un Roma-Juventus, dos clubes separados por 692 kilómetros de distancia y nueve puntos en la tabla clasificatoria. Al final, como diría el periodista Toni Padilla, «en algunos momentos, la pasión mata la cordura. En Italia lo saben bastante bien». Y la mató. Empate a uno y gracias. Conformista Juve, impotente Roma. «Cuando estaba en el Brescia, al acabar los entrenamientos me quedaba viendo ensayar a Roberto Baggio», confesó una vez el gran Andrea Pirlo. Lesionado, fue Carlos Tévez el que le emuló, enfiló el libre directo y lo estrelló en las mallas giallorosi. Fue el único disparo del argentino entre los tres palos y firmó un golazo. «Carlitos se gana el cielo con poco. Una falta, una broma, un gol, un baile, un intento de hablar en italiano sin atino», lo borda Padilla. El de Tévez pareció un gol partita, pero la Roma igualó y todo sigue como estaba, o no, los de Turín se acercan aun más al título. ``Vía libre, Juve'', titulaba ``La Gazzetta dello Sport''. Mientras, la Roma, a la que todos los caminos conducen, no encuentra el camino. Fiorentina, rezar y marcar Por suerte para los hijos de la Loba el Napoli, al acecho del segundo puesto, perdió, para cabreo de un Rafa Benítez que, dicen, quiere volver a la Premier, y alegría del mejor equipo en este 2015, el Torino, que encadena doce partidos de Serie A sin perder. El otro beneficiado de la jornada fue la Lazio, que se pone a dos puntos de los partenopeos. Felices en Turín, felices en Roma, opera buffa en Milán. Mohamed Salah, cedido este invierno por el Chelsea a la Fiorentina, aguardaba en el banco, cuando su técnico Vincenzo Montella le buscó tras caer lesionado un compañero. Para su sorpresa, el joven egipcio había abandonado momentáneamente su sitio para ir a rezar. Una anécdota que quedó en tal después de que saltara al césped y al minuto marcara el tanto de la victoria `viola' ante el Inter, 0-1. Mientras, el Chievo-Milan no solo acabó en dos bostezos, 0-0, como diría Eduardo Galeano, sino que fue más malo que el interista Andrea Ranocchia. En San Siro, una pancarta rezaba: «Ranocchia, si te beso, ¿te transformas en futbolista?». Y a todo esto, el Parma que tampoco jugó, segundo partido suspendido, el 19 de marzo un juez decidirá su futuro y, vaya si las cosas van mal, que su presidente, el que vende humo y no paga, vio cómo la polícia le incautaba el coche por no abonar las multas. Entre tanto el Inter y la Roma podrían ser sancionados por la UEFA por acumular sendas deudas de 180 y 100 millones en los últimos tres años. Otra opera buffa. «En el Calcio nadie dice la verdad. Solo lo hago yo y unos pocos. Nunca conviene, pero ¡que les den!», que reza un aforismo de la autobiografía de Antonio Cassano. Mario Balotelli hace tiempo que dejó el fútbol italiano. Hoy, su futuro apunta a la MLS estadounidense, quizá porque el Liverpool empieza a hacer las cosas bien sin él en el campo. Los Reds -invictos las últimas nueve jornadas- se bastan con el desequilibrante Aaron Sterling y el nuevo ídolo de The Kop, el brasileño Philippe Coutinho, fichado en 2013 del Inter por 8 millones. Partido mayúsculo en Anfield, Liverpool-City, doce visitas citizens sin ganar, y siguió la racha, 2-1. Hoy, 7 puntos separan a uno de otro en la clasificación; el 1 de enero la diferencia era de 17. Los de Manuel Pellegrini quedan ahora a cinco puntos de un Chelsea con un partido menos y que viene de levantar la Capital One, primer título para José Mourinho 914 días después, con gol del veterano John Terry, que suma 15 finales en toda su carrera, ante el Tottenham, el club de los judíos. En el londinense barrio de Stamford Hill se agrupan unos 30.000 judíos y allí cerca, el estadio de los Spurs. Ni son un numeroso grupo dentro de su hinchada, ni les une nada más que esa proximidad, pero es habitual que a sus seguidores les llamen `Yid', palabra para denominar de manera despectiva a los judíos. Entre los años 2004 y 2014, un centenar de aficionados han sido detenidos por insultos racistas en la Premier, con 21 del West Ham a la cabeza -un seguidor hammer que en 2012 saludó al Tottenham con el saludo nazi fue sancionado de por vida-, 20 del Chelsea y... 17 del Tottenham, el equipo víctima regularmente de insultos y cánticos antisemitas. Curioso. El Chelsea ha estado también por ello en el ojo del huracán y ha declarado públicamente su guerra al racismo, a pesar de que va a renovar a John Terry. Los blues pueden ganar todo este curso, aunque sean segundos en una lista, la de la revista ``Forbes'', donde Usmanov, dueño del Arsenal, es el 71 hombre más rico del mundo, mientras Abramovich, el del Chelsea, baja hasta el 137. «Me gustaba el fútbol cuando lo jugaban los líricos y los tuberculosos. Ahora es un refugio de millonarios», que decía el pintor argentino Benito Quinquela Martín. O de peores cosas. Adam Jonhson, el jugador de 27 años del Sunderland, de donde es originario, detenido por al parecer acostarse con una niña de 15 años. Suspendido por su equipo, ha salido libre tras pagar una fianza. Como escribiera Miguel de Unamuno, «el daño mayor que está haciendo el football entre los chicos no es en el cuerpo, sino en la inteligencia. El público de los partidos de pelotón es aquí el mismo que el de las corridas de toros y no más culto». Y a veces no le falta razón.