En una comparecencia realizada en Hernani, miembros de Etxerat y los conductores de las furgonetas de Mirentxin que el pasado fin de semana viajaban a Córdoba para visitar a los presos allí encarcelados han relatado lo sucedido a las cuatro de la madrugada del sábado, cuando guardias civiles detuvieron la furgoneta a punta de pistola.
Según han explicado, tras haber pasado un control policial un coche que se encontraba camuflado en el arcén les hizo parar en mitad de la carretera. Una vez detenidos descubrieron que dentro había agentes de la Guardia Civil sacando sus armas por la ventanilla. Tras apuntar a uno de los conductores en la cabeza, les hicieron bajar y les esposaron para retenerlos tumbados en el suelo. También hicieron apearse del vehículo a los cuatro familiares que iban a bordo.
Uno de los conductores, Xabier Berra, ha relatado que fueron momentos muy tensos: «No sabíamos qué pensar. No sabíamos si iban a disparar». Tras inspeccionar la furgoneta, los agentes les dejaron continuar afirmando que había sido un error. Berra ha explicado que en un primer momento les acusaron de haberse saltado un control y después les comunicaron que se habían equivocado y que, al parecer, su matrícula coincidía con la de un «terrorista».
«¿Se trató de un error?», ha preguntado Etxerat, que ha denunciado que situaciones similares se producen en demasiadas ocasiones. Por ello, han reclamado el fin de la dispersión y la excepcionalidad, y han apelado al compromiso de las fuerzas políticas, agentes sociales y sindicatos para dar pasos efectivos.