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Las unidades de barrio de Iruñea tendrán un modelo de atención centrado en las personas

El Ayuntamiento de Iruñea va a poner en marcha un nuevo modelo de atención en las unidades de barrio, que incide en la mejora de la atención a la ciudadanía, que se hará de una forma más global, adaptando los servicios que se prestan a las necesidades que se presentan en los diferentes barrios de la ciudad.

Un momento de la presentación del nuevo modelo de gestión de las unidades de barrio de Iruñea. (AYUNTAMIENTO DE IRUÑEA)
Un momento de la presentación del nuevo modelo de gestión de las unidades de barrio de Iruñea. (AYUNTAMIENTO DE IRUÑEA)

En una nota hecha pública, el Consistorio señala que se trata de poner en el centro del sistema a las persona, poner el foco en ella, reorganizando los recursos en torno a equipos multidisciplinares estables en cada unidad de barrio, para permitir la acogida, responder a las demandas planteadas y desarrollar una intervención integral y personalizada en aquellas situaciones que lo requieran. El nuevo sistema permitirá flexibilizar y agilizar tanto la atención como la gestión de prestaciones, ofreciendo una respuesta más rápida y adaptando los tiempos y las intervenciones que se ofrecen a las necesidades de cada persona o familia.

La iniciativa ha sido presentada en rueda de prensa por la concejala delegada de Acción Social y Desarrollo Comunitario, Edurne Eguino; la directora, Marisol de la Nava y el equipo de responsables de esta área municipal, Ana Fernández, Mª José Galar, Maite García y Txus Labarga; así como Lucía Martínez, profesora titular del departamento de Trabajo Social de la Universidad Pública de Navarra.

Evaluación
Este proceso de cambio se ha iniciado con una evaluación de la implantación de estos cuatro programas de atención primaria, que en Iruñea se produjo a finales de 2010. La evaluación era una demanda de los y las profesionales del Área de Acción Social y Desarrollo Comunitario y se ha llevado a cabo con la participación directa de todas las unidades de barrio.

Como resultado de la evaluación se ha valorado positivamente la cercanía de los programas de atención primaria a la realidad de las personas y las familias así como el mayor potencial que la descentralización de los programas trajo, para atender sus demandas.

Sin embargo, se trata de un modelo de atención primaria concebido en años anteriores, cuyos antecedentes se remontan a los años setenta y ochenta, cuando la mayoría de las familias contaba con empleos estables (cercanas al pleno empleo), eran mayoritariamente familias tradicionales que garantizaban el cuidado de sus miembros más vulnerables (personas mayores, menores, con discapacidad...) y el número de personas dependientes era más limitado.

Nuevo modelo centrado en la persona y su barrio
El nuevo modelo, centrado en la persona, permitirá configurar los programas de una forma más flexible con el objetivo de agilizar la atención a la población, reducir al máximo las listas de espera y dotar a sus profesionales de espacios y recursos para profundizar en la intervención social cuando sea necesario.

Con esta nueva organización se introduce una nueva ‘cultura de servicio’ en las unidades de barrio que ofrecerán un servicio de acogida prestado por todos y todas las profesionales, para las primeras atenciones y facilitar el acceso a prestaciones, completado con intervenciones planificadas en el resto de programas de atención primaria (infancia, incorporación y autonomía personal). Los y las profesionales de acogida se integrarán en los tres programas para poder atender de manera personalizada y con mayor intensidad las situaciones que así lo requieran, añade el Ayuntamiento.

Nueva organización en equipo
Una de las claves del nuevo modelo es la configuración de equipos estables en las unidades de barrio (profesionales que no circulan de barrio en barrio), lo que permitirá mejorar la calidad del trabajo interno que realizan y una mejor distribución de sus cargas porque esto incide directamente en la atención que prestan a la ciudadanía. Se prevén espacios para el trabajo conjunto en el servicio lo que posibilitará compartir información, revisar casos, coordinarse y colaborar en las intervenciones, planificar y diseñar el trabajo del servicio estableciendo objetivos comunes, además de recibir formación para su actualización y adecuación a las necesidades.

La flexibilidad y globalidad que el nuevo modelo quiere ofrecer a las unidades de barrio permitirá que cada equipo de trabajo vaya adaptando su acción social y comunitaria a las necesidades y características de la población y del entorno en el que viven, imbricándose en los barrios como un recurso municipal al servicio del propio barrio, que participa y promueve las redes sociales del mismo.

Además permitirá a las unidades de barrio abordar procesos de diagnósticos sociocomunitarios que generen objetivos comunes de servicio y nuevas actuaciones específicas en torno a estos, como trabajos grupales con personas que presentan situaciones, demandas o necesidades similares, o trabajo comunitario con la población en general y con asociaciones vecinales, para trabajar temas específicos en los barrios (pobreza y exclusión, dependencia, envejecimiento activo, educación a padres y madres, etc.).