En un comunicado, TCC condena cualquier tipo de agresión que puedan sufrir sus conductores y asevera que durante todo 2018 no se ha producido ninguna agresión física.
Sobre el episodio al que se ha referido el comité de empresa, TCC afirma que se siguió el protocolo establecido para este tipo de sucesos, avisando a la Policía Municipal de Iruñea y Policía esepañola, y fueron estos últimos quienes se personaron en el autobús.
La empresa puntualiza que el conductor fue relevado del servicio para que pudiese acudir al centro médico, «lugar en el que en todo momento estuvo acompañado por el responsable de Servicio de TCC y quien le llevó hasta su vivienda una vez realizadas todas las pruebas médicas pertinentes».
En cuanto a la acusación de que la empresa trató que la baja laboral se convirtiese en contingencia común, la empresa señala que «en este punto la decisión pertenece en su totalidad a la mutua, y en ningún momento TCC interviene en esa toma de decisión».