Maitane ALDANONDO

Convertir residuos plásticos en objetos cotidianos sostenibles

Plastik Red es un proyecto de concienciación y reutilización del plástico ideando por la holandesa Lemke Kamps. Su deseo es crear una Escuela de Plástico en Bilbo y, como primer paso, comprar dos máquinas transformadoras, para lo que busca financiación.

Los desechos plásticos son un problema cada más grave, tanto para el medioambiente como para la salud. Con el objetivo de concienciar sobre los riesgos y las oportunidades que genera esta circunstancia, Lemke Kamps ha creado Plastik Red en Bilbo. Esta joven holandesa aspira a crear una Escuela de Plástico, construida íntegramente con ese material, en el que impartir talleres formativos. El paso inicial para llevar a cabo su propósito es comprar dos máquinas que transforman estos residuos en objetos cotidianos. Para juntar el dinero necesario. ha puesto en marcha una campaña de crowdfunding dentro de Veritas Ecological Challenge.

Kamps empezó a estudiar Turismo porque le gusta viajar; pero poco más de un trimestre le bastó para saber que prefería la práctica a la teoría. Llegó a Bilbo en febrero de 2017, animada por una amiga que su madre conoció cuando estuvo de Erasmus en la ciudad. Al poco, se fue de viaje por Sudamérica con su amiga Coosje y durante seis meses visitaron Perú, Chile, Brasil, Bolivia y Argentina. En todo estos lugares, conocieron y participaron en experiencias que reciclan o reutilizan el plástico para hacer cuadros de bicicleta, aislantes o, incluso, casas.

Conscientes de que los residuos plásticos son un problema común a todos los países, a su regreso decidieron crear algo que fuera parte de la solución. Así nació Trabasura en otoño de 2017. Organizaron limpiezas de playas en Bizkaia, así como talleres para niñas y niños en los que convertían la basura en otras cosas. Sin embargo, Kamps recuerda que «era una pena, porque hacían cosas muy bonitas pero las tiraban. Eso no es reciclar». Buscando soluciones en Internet, encontró unas máquinas para transformar los plásticos en objetos cotidianos. Repensó su proyecto y, ya en solitario, creó Plastik Red.

Para poder financiar la compra de estas máquinas se presentó a Veritas Ecological Challenge. Impulsada por la cadena de supermercados ecológicos Veritas, quiere contribuir a facilitar el lanzamiento de proyectos emprendedores innovadores en torno al desarrollo de productos y procesos más sostenibles en la cadena alimentaria. Los participantes deben reunir una cantidad de dinero para el 31 de diciembre; en el caso de Kamps, 3.550 euros. Si alcanzan esa cantidad, Veritas les dará otros 3.000. Se puede colaborar a través de la plataforma Ulule.com. Dependiendo del importe, los mecenas obtienen un libro sobre reciclaje, postales o la participación en un taller.

Colaborar y aprender

La responsable de Plastik Red quiere adquirir dos máquinas: una, para cortar el plástico; la otra, para crear objetos. El inventor de estos aparatos es otro holandés, Dave Hakkens, del proyecto Precious Plastic. Los diseños son de libre acceso y a Kamps le gustaría colaborar para construirlas, por ejemplo, con una universidad. «Así, los jóvenes lo hacen y saben más sobre el problema. Si los compramos, nadie aprende. A cambio pueden participar en el taller», explica. Si no es así, los importará de Estados Unidos.

Son máquinas pequeñas y fáciles de transportar. En torno a ellas, Kamps ha diseñado un taller formativo de tres horas en el que concienciar del impacto medioambiental del vertido de residuos plásticos, así como para experimentar transformando botellas, tapones u otros plásticos, en tazas, lámparas o jarrones. «Quiero educar de una forma artística y lúdica, haciendo algo activo», aclara. La actividad es adecuada para todas las edades, por lo que se dirigirá a centros educativos de todos los niveles, desde escuelas infantiles hasta universidades, así como a empresas, eventos locales o festivales donde se generan gran cantidad de residuos.

No obstante, el taller es parte de un objetivo mayor: una Escuela de Plástico itinerante. Un espacio especial donde llevar a cabo sus cursos y actividades. Se trata de un contenedor marino reciclado, elaborado totalmente de plástico, dotado de placas solares que lo abastecen de electricidad, y que puede transportarse en un camión o colocarse en el agua sobre una plataforma flotante. Es un sueño que tiene planeado al detalle, pero que realmente no sabe si es factible. «No existe ninguna de plástico. No tengo la persona para hacerlo, me falta un arquitecto», resume antes de invitar a ponerse en contacto a quien esté interesado en ayudarla.

La iniciativa Plastik Red está ubicada en el espacio ZWAP de Zorrotzaurre. Su nombre encierra las intenciones de su promotora: «Pescar el plástico, crear una red social y una red de empresas que trabajan en torno al problema del plástico. La ‘k’ es un guiño al euskara». Además, Kamps quiere constituirse en una asociación sin ánimo de lucro, para lo que le asesora Impact Hub Madrid.