Estaba previsto que un tribunal con jurado enjuiciara la muertel del vecino de Errenteria José Luis Lancha a partir del próximo lunes en la Sección Tercera de la Audiencia Provincial de Gipuzkoa, aunque con anterioridad a la vista el inculpado ha reconocido lo sucedido y ha admitido una condena a cinco años de prisión y una medida de 14 años de internamiento en un centro psiquiátrico adecuado a la enfermedad que padece, con lo que ya no será necesaria la celebración del juicio.

Inicialmente, la Fiscalía de Gipuzkoa reclamaba que se le impusieran nueve años y once meses de prisión, así como quince años de internamiento psiquiátrico por un delito de homicidio con la eximente incompleta de alteración mental.

No obstante, en una vista celebrada este pasado martes, el Ministerio Público y la acusación particular, que ejerce la familia del fallecido, han accedido a la rebaja de la pena con la que el procesado se ha mostrado conforme.

Según el escrito de acusación de la Fiscalía, los hechos sucedieron sobre las 9.40 horas del 16 de junio de 2019, cuando José Luis Lancha caminaba por la Avenida de Ategorrieta de Donostia donde fue abordado por el procesado quien le hizo un comentario.

No obstante, la víctima continuó su camino, seguido por el acusado «sin cesar de molestarle» mientras iba «de un lado a otro», hasta que «cansado de la situación», al llegar al paso de peatones que hay entre las calles Gran Vía y Miracruz, la víctima le pidió que no le siguiera más y que «le dejara en paz».

«En ese momento –detalla el documento del Ministerio Público–, el encausado, con gran agresividad y sin mediar palabra, se abalanzó sobre el señor Lancha y comenzó a golpearle, propinándole al menos dos puñetazos fuertes en el rostro, mientras éste retrocedía, intentando repeler el ataque».

A pesar de ello, el inculpado «le volvió a golpear en la cara, asestándole un puñetazo en la zona de la boca con tal violencia que le tiró de espaldas al suelo, provocando que se golpeara con fuerza en la parte posterior del cráneo contra el asfalto, donde quedó tendido, sangrando e inconsciente”» explica el texto de la Fiscalía.

Tras la agresión, el procesado se alejó del lugar y comenzó a correr cuando «fue recriminado por lo que había hecho».

La víctima, de 61 años, fue trasladada al hospital, donde permaneció en coma hasta que falleció el 17 de junio «a consecuencia de las graves lesiones provocadas por la agresión del acusado».

Examen de los médicos forenses

El documento del Ministerio Público aclara que el inculpado «ha sido examinado por médicos forenses especializados en psiquiatría, que concluyeron que padece un trastorno por consumo de alcohol, actualmente en estado de abstinencia», así como «un trastorno por consumo de cannabis» y un «trastorno psicótico crónico con tendencia a reacciones violentas sin reflexión que suponen peligrosidad para terceros».

Asimismo, estos expertos consideraron que existe una «relación entre dicha patología y el delito cometido, siendo posible establecer una afectación moderada-grave de sus facultades intelectivas y volitivas» en relación con lo sucedido.