Alegato de ETA por la paz en París, con un «lo sentimos» por el daño causado a ciudadanos
La sala del tribunal de París en el que ha comenzado el juicio contra una decena de presos vascos se ha convertido en el escenario de un alegato de ETA a favor del diálogo y una paz justa y duradera. Los presos, a la vez de reconocer su militancia en ETA, han leído un texto en nombre de la propia organización para trasladar «al corazón de los aparatos del Estado francés un mensaje a favor de la solución». La declaración muestra su pesar por el daño causado a ciudadanos sin ninguna responsabilidad en el enfrentamiento.
El mensaje de ETA a favor del proceso de soluciones lanzado en el Tribunal de lo Criminal de París por los militantes juzgados a partir de hoy ha estado acompañado de una muestra de pesar por el daño causado a aquellas personas que se ha visto perjudicadas por la actuación de ETA aun sin tener ninguna responsabilidad en el conflicto.
El «lo sentimos» escuchado en la sala ha sido lanzado aprovechando que lo que se ve en el juicio es precisamente la retención durante tres días de una familia de Orio, secuestrada en un camping de Las Landas para sustraerle su furgoneta, que iba ser utilizada en un atentado que finalmente no se produjo.
Los presos juzgados son Garikoitz Aspiazu Rubina, Aitzol Iriondo Yarza, Jurdan Martitegi Lizaso, Mikel Karrera Sarobe, Oihan Barandalla Goñi, Alaitz Aramendi Jaunarena, Ander Mujica Andonegi, Luis Ignacio Iruretagoiena Lanz, Aitzol Etxaburu Artetxe e Itziar Plaza Fernández, y algunos de ellos han sido señalados por las fuerzas policiales como los responsables del aparato militar ETA durante los últimos periodos en los que esta organización ha llevado a cabo acciones armadas.
En ocasiones, sus nombres han aparecido en los medios de comunicación como opositores al cambio de ciclo llevado a cabo por la izquierda abertzale y la propia ETA. Todo ello, además de su propio contenido, confiere a la declaración de hoy, leída por Garikoitz Aspiazu, ‘Txeroki’, una relevancia especial.
La intervención ha comenzado reconociendo la militancia en ETA de todos ellos, para anunciar seguidamente que sus palabras eran un mandato directo de su organización, al tiempo que asumían la responsabilidad de sus actos.
Aunque han restado toda legitimidad al tribunal para juzgarlos, estos presos han resaltado que no han ido a ese juicio a proclamar la guerra o a alimentar la confrontación.
El texto de ETA leído por Garikoitz Aspiazu recuerda que, al recoger en nombre de la Unión Europea el premio Nobel de Paz, el pasado mes de diciembre, José Manuel Durao Barroso y Herman Van Rompuy realzaron el valor de la negociación como método para resolver conflictos, y citaron las palabras de Jean Monnet: «Mejor será disputar en torno a una mesa que en campo de batalla». ETA destaca que las autoridades españolas y francesas presentes en la cita dieron por buenas estas palabras, aunque, por contra, rechacen la negociación para solucionar el conflicto con Euskal Herria.
«Hemos luchado durante largo tiempo en el campo de batalla; demasiado tiempo, demasiado sufrimiento», ha manifestado Aspiazu, para a continuación pedir una oportunidad para el diálogo y solicitar que el conflicto se lleve a la mesa de negociación. Y volviendo a citar a Van Rompuy, ha apelado a cerrar el ciclo de violencia y desechar la política de venganza.
Ha resaltado que ese es el empeño de ETA, y ha recordado la decisión de poner fin a la lucha armada de octubre de 2011, a lo que ha añadido que su compromiso es verdadero, que «no hay trampa» alguna y que, «lo que es más importante», responde al deseo de la ciudadanía vasca.
En este contexto, ha recordado el último pronunciamiento de ETA, del pasado mes de noviembre, en el que realiza una propuesta para dar fin de forma definitiva y ordenada a la confrontación armada, sobre las cuestiones de presos y exiliados, desarme de ETA y desmovilización de sus militantes y desmilitarización de Euskal Herria, y con plena disposición a hablar de las víctimas y damnificados por esa confrontación.
En esta ocasión, a través de sus militantes presos, ETA ha interpelado al Gobierno francés para que transite por el camino de las soluciones, y que, en todo caso, no cierre la puerta a esta oportunidad de paz.
Por boca de Aspiazu, ante las dificultades del proceso, ETA promete poner el mismo ahínco en el proceso de solución que el demostrado en «hacer frente al enemigo».
Entiende que la superación de las consecuencias del conflicto no es más que una parte del proceso, y que también deberán abordarse sus causas. Los encausados han dejado claro que buscar los acuerdos en ese campo corresponde a los agentes vascos y la ciudadanía, mediante un proceso democrático.
ETA, mediante esta declaración, reconoce que muchas heridas están aún por cerrar, que son profundas y dolorosas, pero señala igualmente que es responsabilidad de todos intentar sanarlas.
En ese punto se ha producido alusión a la familia de Orio. Los encausados han vuelto a negar legitimidad al tribunal para juzgarlos, pero no han querido «esquivar» su responsabilidad. Han reconocido que, a la hora de abastecerse de medios para luchar contra el Estado, han tomado decisiones no deseadas. Así, han manifestado sentir el daño causado a la citada familia, y han hecho extensible estas palabras a todas las personas que se han visto perjudicadas sin tener responsabilidad alguna en la confrontación armada.