Una multitud exige en Bilbo «justicia» para Iñigo Cabacas en un emotivo homenaje
Varios centenares de personas se han dado cita en el lugar donde hace un año Iñigo Cabacas recibió el pelotazo que le provocó la muerte para rendirle homenaje y, al mismo, tiempo, exigir justicia y un nuevo modelo policial como garantía de no repetición.
Cientos de personas han abarrotado, a pesar de la lluvia, las inmediaciones de la calle María Díaz de Haro, lugar donde Iñigo Cabacas recibió hace un año el impacto de una pelota de goma que le ocasionó la muerte, para recordar al joven aficionado del Athletic, y denunciar que, a pesar del tiempo transcurrido, no se haya hecho justicia.
Al acto han asistido los padres de Iñigo, Manuel Cabacas y Fina Liceranzu, junto a otros familiares, varios jugadores del Athletic, así como algunos miembros de la corporación municipal, con el alcalde, Iñaki Azkuna, al frente. Los parlamentarios de EH Bildu Laura Mintegi y Julen Arzuaga también han estado entre los presentes.
Manuel Cabacas ha tomado la palabra para pedir que no se repita una «barbarie» como fue la intervención de la Ertzaintza en aquella ocasión.
«No puede volver a pasar, con uno ya vale», ha aseverado.
En su intervención, Manuel Cabacas ha asegurado no entender el «abandono» de las instituciones hacia su familia durante los cuatro días que Iñigo permaneció en coma en el hospital de Basurto antes de morir y ha criticado duramente al director de la Ertzaintza, Gervasio Gabirondo, por calificar de «accidente» la muerte de su hijo.
«Como dijo Bielsa, ya sé con quien no puedo contar», ha apuntado utilizando la respuesta que dio el entrenador del Athletic hace unos meses cuando fue preguntado por unas declaraciones del vicepresidente del Athletic en las que este cuestionó su continuidad en el equipo.
Manuel Cabacas ha hecho un agradecimiento especial a la joven malagueña que atendió a su hijo cuando recibió el pelotazo de la Ertzaintza y que se ha desplazado este viernes a Bilbao para asistir al homenaje y estar con la familia, a la que ha relatado lo que sucedió hace un año.
«Le doy las gracias por cogerle en brazos y no dejarle morir en el suelo como un perro. Mi hijo no se metió nunca en problemas y no era digno de esa muerte», ha dicho.
Previamente, han intervenido la palabra una prima y un tío de Cabacas, quienes, entre lágrimas, han exigido justicia.
Después de hacer un repaso de aquellos trágicos momentos y agradecer las «innumerables» muestras de apoyo recibidas, han denunciado que las preguntas de entonces «siguen sin respuesta».
«Siguen sin aceptar su responsabilidad; la del ertzaina que disparó la pelota que acabó con la vida de Iñigo, la de la Ertzaintza como institución, y la de sus mandos y responsables políticos», han afirmado.
«Fina y Manu han perdido a su único hijo, nosotros un primo, un sobrino, su cuadrilla a un amigo. A eso no se le puede llamar accidente», han indicado.
«Una carga brutal, injustificada y desproporcionada con varias personas heridas y con Iñigo muerto no es un accidente. Dicen que fue un accidente porque no querían causar ese daño. Solo faltaba que reconocieran que sí querían causarlo», han añadido, antes de lanzar una pregunta: «¿Pero cómo no iban a causar daño disparando como dispararon contra la gente en ese callejón?».
Finalmente, han exigido justicia y garantías de no repetición, «y eso supone otro modelo de actuación policial». «Esa será la única garantía de que no vuelva a suceder lo que nos ha pasado a nosotros», han proclamado.
Posteriormente, el bertsolari Jon Maia ha cantado un emotivo bertso, que ha recibido una gran ovación por parte de los presentes y al retirar una ikurriña ha quedado al descubierto una placa en memoria de Iñigo Cabacas.
El acto, durante el que se han repetido gritos en demanda de justicia, ha concluido con el aurresku de honor bailado por ocho miembros del Ballet Olaeta.