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El Gobierno español cita a todos los embajadores de la UE para hablar sobre Catalunya

El ministro de Exteriores español ha convocado a todos los embajadores de la Unión Europea acreditados en Madrid para fijar posición ante una eventual independencia de Catalunya. La reunión viene tras las diferentes posturas mostradas por dirigentes europeos en cuanto al reconocimiento del hipotético nuevo estado catalán.

El ministro de Exteriores español José Manuel Margallo. (Miguel ROJO / AFP)

El president de la Generalitat catalana Artur Más dijo el día de la Diada que quería que el mundo escuchase el clamor de Catalunya, medios de comunicación de medio mundo se hicieron eco de la Vía Catalana y las declaraciones de dirigentes europeos se han sucedido un día tras otro, prestándose algunos al reconocimiento de un eventual Estado catalán, como en el caso de Lituania, y afirmando otros que Catalunya quedaría automáticamente fuera de la Unión Europea, como en el caso del vicepresidente de la Comisión Europea Joaquín Almunia.

El Ministerio de Exteriores español ha acelerado su labor diplomática para cerrar filas en torno a su discurso y para ello ha convocado esta mañana (10.00) a todos los embajadores de la Unión Europea acreditados en Madrid. Según apuntan varios medios como VilaWeb, el titular de Exteriores, José Manuel García Margallo, pretende frenar cualquier posibilidad de apoyo al proceso de reconocimiento de un eventual Estado catalán.

El Ejecutivo de Rajoy pretende así que el argumentario contrario al libre ejercicio de la decisión de la ciudadanía de Catalunya no se base tan solo en la legalidad española, y buscaría, según estos medios que citan como fuente al PP, «dar un paso adelante en el debate y transmitir a los ciudadanos las dificultades políticas, económicas y sociales» a la que debería hacer frente una Catalunya independiente.

Alemania, Lituania, Letonia, Almunia, el comisario Michel Barnier...

Tras la cadena humana que recorrió el Principat el pasado 11 de setiembre, se han sucedido las declaraciones de uno y otro lado sobre una futura Catalunya independiente; dando ya por hecho que es una realidad plausible.

Ya antes de la Diada el Gobierno alemán comenzó a barajar las consecuencias de una posible independencia de Catalunya, tras la Diada primero Lituania y luego Letonia se mostraron receptivos ante la posibilidad de reconocer a Catalunya como nuevo Estado. Margallo llamó a consultas a los embajadores de ambos países, y estos corrigieron su postura. Casi al mismo tiempo fue el vicepresidente de la Comisión Europea, el bilbaino Joaquín Almunia, quien trató de ser tajante al afirmar que «si una parte de un Estado miembro de la UE se segrega, ese territorio deja de pertenecer a la Unión», pero al poco tiempo otro alto cargo de la Unión, el comisario de Mercado Interior Michel Barnier, no quiso pronunciarse y afirmó que la posición de la Unión Europea se fijaría «cuando se nos presente un escenario jurídico decidido».

Margallo también se reunirá con el comisario europeo, y tratará, según estas mismas fuentes, que se una al discurso de que una Catalunya independiente quedaría automáticamente fuera de la Unión.