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Gómez Bermúdez: «Estrasburgo ha destrozado la doctrina»

La abogada de Inés del Río y otros presos vascos Amaia Izko y el juez de la Audiencia Nacional Javier Gómez Bermúdez, figura clave en la judicatura española, han mantenido un intensísimo debate en unas jornadas del Colegio de Abogados de Gipuzkoa. El tema, cómo no, la doctrina 197/2006.

Javier Gómez Bermúdez y Amaia Izko, en un momento del debate. (Juan Carlos RUIZ/ARGAZKI PRESS)

Ha habido múltiples discrepancias sobre el origen de esta práctica y la implicación política o no en su puesta en marcha, pero una coincidencia abrumadora sobre su final. Javier Gómez Bermúdez ha sido muy tajante: «Estrasburgo ha destrozado la ‘doctrina Parot’, y es indiscutible que la sentencia debe ser aplicada inmediatamente». Ha cerrado la hora y media de debate abundando en lo mismo: «No sé quién se ha inventado esa tontería de que las sentencias europeas no son aplicables».

A partir de ahí, el que fuera juez central de Vigilancia Penitenciaria y luego jefe de la Sala de lo Penal de la AN ha defendido el papel del tribunal especial frente a las críticas de Izko por su aplicación sistemática de la doctrina ahora anulada, incluso después del primer fallo favorable a Inés del Río en julio de 2012. Gómez Bermúdez ha preferido destacar que «la Audiencia Nacional ha actuado impecablemente ahora, por mucho que se les eche a los leones». También ha asegurado que son independientes del poder político poniéndose como ejemplo a él mismo, «porque parece que he pasado de ser juez de extrema derecha a juez de extrema izquierda».

Ha negado vehementemente que la puesta en marcha de la doctrina en 2006 fuese una imposición política: «A mí no se atrevió a llamarme nadie». Para Izko, esto resulta indiscutible: los mandatarios políticos españoles quisieron alargar las condenas de los presos vascos y los tribunales lo facilitaron vistiendo jurídicamente la decisión. Ha situado la doctrina como «la Ley del Talión» del siglo XXI. Y ha censurado especialmente que se haya seguido imponiendo desde julio de 2012, «como si esos jueces europeos fueran unos iluminados».