Urkijo acusa a Fernández de imponer sus decisiones y de apartarle del equipo de trabajo
Txema Urkijo ha admitido que el motivo de su cese como asesor de la Secretaría de Paz y Convivencia han sido las «diferencias» en el método de trabajo con su superior, Jonan Fernández, a quien ha acusado de «imponer» sus decisiones. Ha asegurado que desde el principio de la legislatura ha sido objeto de «ostracismo» y que poco a poco ha sido apartado del equipo de trabajo.
Txema Urkijo ha comparecido en Gasteiz, un día después de ser destituido de su cargo de asesor de la Secretaría de Paz y Convivencia del Gobierno de Lakua.
Ha coincidido con la versión de Lehendakaritza de que el motivo de su cese han sido las «diferencias» en el método de trabajo que mantenía con su superior jerárquico, el secretario general de Paz y Convivencia, Jonan Fernández, unas diferencias que, según ha indicado, estuvieron motivadas por las dificultades de que sus propuestas sobre políticas en materia de víctimas salieran adelante, dado que Fernández «imponía» sus decisiones y su criterio era siempre «el que imperaba».
A su entender, esa situación ha llevado a que las políticas del Gobierno de Lakua en materia de paz y convivencia presenten un «déficit» en aspectos como el referido a las víctimas de ETA, mientras han acabado a por «escorarse» hacia otras posiciones como las reivindicaciones respecto a la política penitenciara que se aplica a los presos vascos.
Aunque ha dicho que él no se opone a este tipo de demandas, ha lamentado que, al mismo tiempo, el Ejecutivo de Urkullu no haya «intensificado la actividad en el área concreta de las víctimas del terrorismo».
En ese sentido, ha echado en falta «un gesto de este Gobierno con las víctimas del terrorismo. Ha pasado más de un año y no ha habido un gesto relevante de este Gobierno con las víctimas del terrorismo; y los gestos, en política, tienen significado y tienen valor».
El exasesor ha defendido que su puesto suponía un «equilibrio» en las políticas que desarrolla la Secretaría de Paz y ha denunciado que casi desde el principio de la legislatura ha sido objeto de un «ostracismo» y que poco a poco ha sido apartado del trabajo del equipo, hasta el punto de que, según ha señalado, no recibía ningún tipo de información ni participaba en los procesos de reflexión.
Urkijo también ha reiterado que su cese no se ha debido a que no entregase una carta de un preso a una víctima de ETA, motivo por el cual Covite y UPyD pidieron la semana pasada su dimisión.
Ha sostenido que su cese «no es un proceso iniciado con la petición de Covite, había un problema larvado que arrancaba de atrás», aunque la petición de este colectivo «ha enturbiado la resolución final del proceso».