Osasuna perdió la salud
Al derrumbe de la CAN le ha sucedido en Nafarroa la zozobra de Osasuna, con unas características similares: dos entidades muy saneadas en origen, ocupadas y manipuladas políticamente durante años por UPN y, finalmente, horadadas por prácticas corruptas.
Con la liquidación de la Caja de Ahorros de Navarra (CAN) fresca en la memoria de toda la ciudadanía, el descenso a Segunda División del Club Atlético Osasuna destapó en mayo pasado la caja de los truenos, de la que salió una realidad hasta entonces oculta y que recuerda inevitablemente a las prácticas que acabaron con la CAN: una entidad (en este caso deportiva) referente en su ámbito y saneada que, instrumentalizada durante años por UPN, acaba finalmente en la ruina.
A los impagos con Hacienda conocidos con el descenso a segunda división se añadió en febrero pasado la declaración explosiva del exgerente del club Ángel Vizcay sobre numerosas irregularidades.
Una crisis a la que hay que sumar la deriva deportiva de un equipo sin motivación al borde del descenso a la Segunda División B, lo que pone en cuestión la viabilidad futura del club. El proceso judicial se suma, por lo tanto, al debate político sobre la gestión de UPN y a la aventura deportiva, igualmente incierta.