Hungría cierra su frontera para los refugiados que llegan de Serbia
La policía húngara ha comenzado a impedir la entrada de refugiados a través de su frontera sur con Serbia, tras cerrar el último hueco que quedaba en la valla alambrada que separa ambos países.
El Gobierno de Budapest había anunciado un endurecimiento del paso a partir de la medianoche entre el lunes y el martes, pero los agentes han bloqueado la frontera horas antes.
Un oficial de la policía ha confirmado que a partir de ahora ya no se permitirá la entrada de ningún refugiado a Hungría.
«Vamos a seguir la valla hasta encontrar otro hueco. Esto no me va a parar. He cruzado mar para llegar hasta aquí», ha declarado a Efe uno de los refugiados que se ha quedado en el lado serbio de la frontera.
En el país centroeuropeo entra en vigor esta noche una nueva y restrictiva ley de inmigración, que declara como delito el cruce «ilegal» de sus fronteras. En caso de ser detenidos, los inmigrantes podrían ser condenados a tres años de cárcel o expulsados del país.
Por el último hueco que había en la valla alambrada pasan las vías del tren que une Serbia y Hungría. Será cerrado con una especie de portón que abrirá solo cuando tenga que pasar un convoy ferroviario.
Los refugiados que ya se encuentran en territorio húngaro son transportados en autobuses directamente hasta la frontera austríaca, al noroeste y oeste del país. Allí habían llegado esta tarde ya unas 9.000 personas al paso fronterizo de Nickelsdorf y otras 10.000 al de Heiligenkreuz, más al sur, según fuentes de la policía austríaca.