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Madrid vende como «carta de defunción de ETA» las detenciones de Baigorri

Iratxe Sorzabal, David Pla, Pantxo Flores y Ramon Sagarzazu son los cuatro detenidos ayer en un agroturismo de Baigorri, en una operación largamente buscada por el Gobierno español contra la dirección de ETA. Asume que eran las personas con quienes pudo hablar para cerrar las consecuencias del conflicto, y a las que ha preferido capturar.

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El ministro de Interior español llevaba varios días haciendo madurar en la opinión pública española la idea de que «queda muy poquito de ETA». Le estaba preparando para la noticia consumada ayer con las detenciones, largamente perseguidas, de David Pla e Iratxe Sorzabal, miembros de la dirección de la organización armada. De las ansias propagandísticas del Gobierno español dieron fe dos datos más; la filtración inicial de que entre los arrestados se encontraba Josu Urrutikoetxea, dirigente igualmente de ETA, lo que no se desmintió hasta pasadas varias horas; y la frase del propio Jorge Fernández Díaz de que «esto supone prácticamente el acta de defunción de ETA».

Pla y Sorzabal fueron capturados junto a Pantxo Flores y Ramon Sagarzazu Gaztelumendi, ambos también anteriormente encarcelados. Flores estuvo preso un año por la conocida operación contra el bar Kalaka de Garazi en 2007, al que se acusaba de financiar a la organización armada; y Sagarzazu estuvo entre rejas durante varios años en la pasada década, condenado por pertenencia a ETA (también fue llevado al juez en 2014 en la operación de la Guardia Civil contra los recuerdos a los gudaris en Aritxulegi).

Se oyeron detonaciones

La operación, protagonizada por fuerzas especiales de la Policía francesa con la colaboración de la Guardia Civil, se desencadenó a mediodía. Ocurrió en una casa rural situada en la carretera entre Baigorri y Banka, en un lugar apartado. Un vecino citado por Radio Euskadi afirmó haber oído varias detonaciones, sin poder precisar si se trataba de algún tipo de artefacto o de disparos.

Los medios gráficos fueron alejados del lugar y durante todo el día no hubo imágenes de los detenidos, salvo una lejana de Pla que aparece en esta página. Se difundió como tal la imagen de un hombre joven junto a la casa, pero su fisonomía no corresponde con la de ninguno de los arrestados y se trataría de un policía o testigo.

Según la agencia France Presse, en la casa se habrían encontrado armas (sin precisarse más por el momento), junto a documentación falsa. Al lugar, llamado Agorerreka, acudieron las abogadas Xantiana Cachenaut y Maritxu Paulus-Basurco, que permanecieron allí alrededor de una hora. Entrada ya la noche, los detenidos fueron sacados de la casa rural, donde habían permanecido toda la jornada, con rumbo a comisaría.

Ni negociación ni desarme

Aunque no supone ninguna novedad, dada la clara voluntad del Gobierno español de torpedear una resolución ordenada al conflicto, la operación sí tiene relevante significado político, tanto de cara a Euskal Herria como a la comunidad internacional. Se captura a dos personas como Sorzabal y Pla, que han tenido altas responsabilidades en la decisión de ETA de dejar la lucha armada y en su implementación posterior.

El Gobierno español volvió a jactarse con ello de su negativa a negociar. Y reivindicó implícitamente que ha preferido capturar a las personas con quienes pudo hablar. «Se demuestra que el Gobierno no ha negociado, negocia, ni negociará con ETA», subrayó Fernández Díaz desde Bruselas. Se realizaba allí una cumbre sobre los refugiados, lo que le permitió posar ante las cámaras con su homólogo francés, Bernard Cazeneuve, si bien este prefirió hablar del riesgo del «terrorismo yihadista» que de la organización vasca.

En paralelo, con la operación Madrid vuelve a mostrar su obsesión por obstaculizar cualquier movimiento de ETA hacia el desarme, al que la organización se ha mostrado abierto tanto de palabra como de obra de modo absolutamente unilateral, con la aportación de agentes internacionales. Así, en la nota del Ministerio del Interior español sobre esta redada se apunta el objetivo de «eliminar la estructura de dirección encargada de gestionar el arsenal armamentístico y explosivo de que aún dispone la organización».

La redada ha sido usada además por Madrid para engrasar sus relaciones con París, tras los recelos despertados por la filtración de las reuniones sobre la situación de los presos vascos. Hasta el presidente español, Mariano Rajoy, salió a la palestra para ello. Inició un mitin en Reus dando «gracias a la Guardia Civil y al Gobierno francés»

El instituto armado también se colgó su propia medalla bautizando la operación como Pardines, en honor al primer agente de la Guardia Civil muerto a manos de ETA. Fue en Villabona en junio de 1968, en el mismo enfrentamiento que provocó el primer fallecimiento de un miembro de la organización, Txabi Etxebarrieta, en un tiroteo posterior en Tolosa.

Protesta tensa ante Agorerreka

Como ya ocurriera en Ortzaize en julio para respaldar a Grazi Etchebehere, la redada de ayer fue contestada con una concentración de protesta por la tarde ante la misma casa, cercada todavía por un importante contingente policial. El agroturismo es propiedad de Pantxo Flores.

Participaron en ella más de un centenar de vecinos. Se produjeron varios momentos de tensión y alguna carga policial, con utilización de gases.

Hubo además movilizaciones de protesta en pueblos de los detenidos, como Irun y Oiartzun. En esta última localidad, anoche se comenzaba a registrar la vivienda de Ramon Sagarzazu.