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Sare sitúa la quema de autobuses de Bizkaibus como un «obstáculo» más en el camino hacia la paz

Sare ha situado como un «obstáculo» en el camino hacia un escenario de paz la quema de ocho autobuses de Bizkaibus en Derio y ha llamado a hacer frente a la «política penitenciaria vengativa e ilegal de los gobiernos desde la fuerza de una sociedad que no está dispuesta a permitir la muerte lenta en prisión de decenas de presos y presas que deberían estar en libertad».


Sare ha hecho pública una nota en la que recuerda que a las numerosas iniciativas que se han puesto en marcha desde la Declaración de Aiete para seguir avanzando en un proceso de solución, «cerrar las puertas al sufrimiento» y «vivir en un escenario de paz», los gobiernos de Madrid y París han respondido «incesantemente» con «más vulneraciones de derechos humanos a las personas presas o exiliadas, utilizando la política penintenciaria y el sistema judicial como un activo contra la paz».

La red ciudadana señala que a esos «obstáculos que nos encontramos día a día» hay que sumar el ataque contra ocho autobuses de Bizkaibus, en la madrugada del domingo en Derio, en el que según la Ertzaintza se encontró un pasquín que reclamaba la puesta en libertad de Ibon Iparragirre, gravemente enfermo.

«Estamos absolutamente convencidas que a la política penitenciaria, vengativa e ilegal, de los gobiernos hay que hacerle frente desde la fuerza de una sociedad que no está dispuesta a permitir la muerte lenta en prisión de decenas de presos y presas que deberían estar en libertad», afirma en su comunicado. En su opinión, «cualquier otro acto solo beneficia a la postura de los gobiernos».

Frente a unos tribunales españoles «sometidos a la estrategia del Ministerio de Interior», Sare remarca que «solo una gran red, solo la activación y la presión social va a posibilitar mover las piedras del camino, va a conseguir que los presos y presas enfermas sean puestas en libertad, que la dispersión sea un capítulo del pasado y no del presente, o que se acabe con la excepcionalidad de las leyes que se aplican a los y las presas, exiliadas y deportadas».

Sare también sale al paso de las «interpelaciones recibidas por algún agente» en referencia al sabotaje y replica que «no necesita que nadie le inste a decir nada, y menos quienes mantienen una posición tibia ante la constante vulneración de derechos que sufren los y las presas vascas».

«Basta de poner la carga de la prueba sobre los colectivos que defendemos sus derechos, mientras se rehuye a instar al Gobierno español a terminar de una vez por todas con tanto sufrimiento», subraya.

Finalmente, Sare invita a toda la ciudadanía a «seguir tejiendo esa red en defensa de los derechos humanos, la solución y la paz» y a «eliminar las piedras que día a día nos vamos encontrando en el camino y seguir avanzando por encima de cualquier obstáculo».