Cuenta atrás activada en Catalunya
La CUP volvió a rechazar ayer la investidura de Artur Mas como president, aunque valoró positivamente las dos propuestas de Junts pel Sí para crear un Govern más coral y someterse a una cuestión de confianza en julio de 2016. Ambas formaciones se emplazan a seguir negociando y a no agotar el límite legal de dos meses para cerrar un acuerdo.
Artur Mas se convirtió ayer en el primer candidato a president de la historia en no conseguir ser investido ni en primera ni en segunda vuelta. La CUP volvió a negarle el apoyo que necesita para ser reelegido, lo que deja la formación del nuevo Govern y, por ende, el avance del proceso de independencia, en un impasse del que es difícil anticipar una salida. El tono sigue siendo amable, la voluntad de no hacerse daño se mantiene, pero el atril de oradores del Parlament fue testigo ayer de las dificultades que existen: el diputado de la CUP Antonio Baños calificó el paso de Mas de insuficiente y le reclamó nuevos movimientos; la dirigente de ERC Marta Rovira apuntó que la de ayer fue la mejor oferta que Junts pel Sí (JxSí) puede poner encima de la mesa; y el propio Mas acabó de rematar el laberíntico escenario reivindicando que ahora es a la CUP a quien le toca moverse. No será nada fácil.
El pleno lo volvió a inaugurar Artur Mas, que trató de dar uno de sus habituales golpes de efecto sorprendiendo con una propuesta no filtrada el día anterior: la promesa de someterse a una cuestión de confianza al final del curso político, es decir, a finales de julio. «Somos conscientes de la composición del Parlament», explicó Mas, que propuso ofrecer a la cámara «decidir en los próximos meses si el Govern ha hecho suficiente trabajo o no». El mensaje a la CUP resulta claro: en ocho meses volverá a estar en vuestra mano tumbar al Govern.
Junto a esta novedad, Mas detalló una segunda propuesta, esta sí filtrada el día anterior: una fórmula para «ejercer la presidencia de una manera más compartida», es decir, delegando parte de sus competencias. Para ello presentó un ejecutivo de 13 departamentos agrupados en tres grandes áreas: Economía y Ocupación; Asuntos Exteriores, Institucionales y de Transparencia; y Estado de Bienestar. No concretó si, tal y como se filtró, el líder de ERC, Oriol Junqueras, el cabeza de lista de JxSí, Raül Romeva, y la vicepresidenta, Neus Munté, serían los candidatos a encabezar cada uno de estos macrodepartamentos.
Mas presentó su doble oferta como «un intento de aproximación entre las posiciones defendidas por Junts pel Sí y la CUP» y consideró que «va en la línea de algunos deseos expresados últimamente» por la Esquerra Independentista, que ayer publicó un documento en el que detalla las bases para un acuerdo (centrándose en el ‘qué’, el ‘cuándo’ y el ‘cómo’) y que el próximo 29 de noviembre celebrará una jornada para trasladar a la militancia el estado de las negociaciones con JxSí.
«Un primer movimiento insuficiente», explicó Baños para defender su segunda negativa en tres días. «Es una reelaboración de los acuerdos que tenían ya con ERC y no sirve para ensanchar la base social independentista», añadió. De todos modos, valoró positivamente el movimiento de Mas, explicó su voto negativo como un «No tranquilo» e insistió en que siguen «clavados a la mesa» de negociaciones, ya que unas nuevas elecciones «nunca» han sido una opción para la CUP. «Las anticipadas son reaccionarias, no revolucionarias», zanjó.
Mas coincidió en calificar de indeseables unas nuevas elecciones, y por ello respondió a Baños que «más que un No tranquilo, preferiría un Sí intranquilo». «Si todos mantienen su posición inalterada, no habrá acuerdo», añadió Mas, pidiendo «corresponsabilidad» a la CUP. «No pido ninguna adhesión, solo un poco de objetividad en el análisis», apuntó, antes de concluir recordando que «todavía hay tiempo, pero no mucho». Aunque la ley marca dos meses para buscar el acuerdo, Mas pidió zanjar las negociaciones, «en un sentido o en otro», en los próximos días.
Acoso y derribo del unionismo
Los partidos contrarios a la independencia fueron ayer invitados de lujo al cara a cara entre Mas y la CUP, ya que los 72 diputados independentistas son la única opción viable de formar Govern dada la aritmética parlamentaria. Pero no desaprovecharon la ocasión para cargar contra el proceso y, sobre todo, contra la figura de Mas, a quien todos acusan de estar dispuesto a cualquier cosa con tal de conservar la presidencia.
Empezó la líder de Ciutadans en el Parlament, Inés Arrimadas, que dibujó un escenario apocalíptico con funcionarios que «no duermen por las noches», temerosos de que Mas les haga desobedecer a la justicia española. El líder del PSC, Miquel Iceta, recriminó a Mas que ponga «a subasta la presidencia de la Generalitat» devaluándola para conseguir el apoyo de la CUP. Omitió que el president Pasqual Maragall ya empleó una fórmula parecida a la propuesta por Mas. El líder del PP en Catalunya, Xavier García Albiol, al frente del partido que hizo todo lo posible y más en contra del Estatut, denunció que Mas se está saltando, precisamente, el Estatut. Y el cabeza de lista de Catalunya Sí que es Pot, Lluís Rabell, trató de desmarcarse del unionismo defendiendo de nuevo alianzas en el Estado que permitan celebrar un referéndum.
La ANC llama a la unidad con el lema ‘Governem-nos junts’
La Assemblea Nacional Catalana (ANC) presentó ayer el lema con el que el domingo se concentrará ante el Parlament: «Governem-nos junts». Un eslogan que no es sino la unión de los lemas electorales de Junts pel Sí de la CUP, formaciones a las que la principal entidad independentista reclama unidad en estos días cruciales para el proceso soberanista. De hecho, ese reclamo de unidad es uno de los motivos que han empujado a la ANC a convocar la concentración del domingo. El segundo motivo: la defensa de las instituciones catalanas y de los cargos públicos de la Generalitat ante las amenazas realizadas por el Tribunal Constitucional el miércoles.
El presidente de la ANC, Jordi Sánchez, a quien desde las filas de la CUP han acusado en numerosas ocasiones de romper la pretendida neutralidad y situarse al lado de Mas, pidió ayer a las formaciones independentistas que pongan el «contador a cero» y cierren el acuerdo antes de las elecciones españolas del 20D. Sánchez pidió que «todo el mundo gire hacia donde tiene que girar para permitir el acuerdo» y advirtió de que «ahora sí que empezaremos a activar nuestros motores para que entre el sentido común». «Hay que valorar el ridículo internacional que comporta la situación actual», zanjó. La plataforma de castellanohablantes a favor de la independencia Súmate emitió ayer un comunicado en la misma línea.B.Z.
Declaraciones
«Unos ya nos hemos movido, pero aquí se tiene que mover todo el mundo. No tardemos»
ARTUR MAS
Candidato a president
«O ganamos todos o perdemos todos. Tienen todo nuestro tiempo y toda nuestra voluntad para buscar acuerdos»
ANTONIO BAÑOS
Diputado de la CUP