INFO

Pacto en el Congreso, confusión para el futuro

El PSOE ha obtenido una primera victoria tras las elecciones, al poner a Patxi López en la Presidencia del Congreso, con un acuerdo tan incierto que no se sabe todavía si acerca o aleja pactos futuros. Lo que sigue incólume es el «hooliganismo» de quienes creen que el hemiciclo es lugar para abuchear.


Patxi López es presidente del Congreso en virtud de un pacto en el que ni sus beneficiarios se ponen de acuerdo sobre cómo se alcanzó. El PP tiene más miembros en la Mesa que el resto, Ciudadanos aparece como fiel de la balanza y Podemos protesta más por cálculo que por convicción. Y en el Senado los de Rajoy hicieron valer su mayoría absoluta para nombrar a Pío García Escudero y garantizarse la dirección de la institución. El PSOE decidió ceder uno de sus puestos, y optó por hacerlo al PNV y no a la tercera fuerza de la Cámara Alta, Podemos, que volvió a protestar.

¿Ayudan estos primeros pactos a vislumbrar por dónde pueden ir las negociaciones para formar gobierno? Quizá confundan más que iluminen.

De momento, han trazado las líneas de un terreno de juego en el que los nacionalistas catalanes y vascos, 25 escaños en total, tienen un papel secundario. Por eso ayer votaron en blanco.

El PP ha perdido el primer tiempo del partido, pero haciendo de la necesidad virtud ha ganado un arma propagandística más para pedir al PSOE que le deje gobernar, como ellos le han dejado acceder a la presidencia del Congreso. (Y esperemos a los acontecimientos en el enfrentamiento con Catalunya)

Pedro Sánchez, al que le toca intentarlo si Mariano Rajoy no logra repetir, tienta a Podemos y a Ciudadanos, que se declaran incompatibles entre sí. Pero además ha enfadado a los de Pablo Iglesias y no contenta a los del Albert Rivera, con lo que todo sigue estando muy liado.

Un bebé en los escaños

Mientras muchos de los diputados y diputadas todavía estaban buscando su sitio en el hemiciclo, ya saltaba una de las noticias y de los debates que iban a acompañar a todo el pleno de constitución del Congreso. La diputada de Podemos Carolina Bescansa se sentó en el escaño con su hijo Diego, de apenas seis meses, allí le dio de mamar durante el pleno y hasta fue a votar con él en brazos.

La imagen, por inusual, fue noticia. Y al tiempo abrió un debate sobre su idoneidad, sobre su carácter reivindicativo, sobre el mero postureo, sobre el sentido de la maternidad –menos sobre el de la paternidad–, sobre la conciliación laboral, sobre los derechos de las diputadas... opiniones para todos los gustos, incluso dentro de cada uno de los ámbitos ideológicos, y divergencias también entre feministas.

Algunos no cambian

Elegidos el presidente, las cuatro vicepresidentas y los cuatro secretarios de la Mesa del Congreso, llegó la hora de jurar o prometer la Constitución. Las fórmulas imaginativas para salvaguardar las convicciones y la conciencia de cada cual, que los diputados de HB iniciaron hace décadas prometiendo «por imperativo legal», han ido evolucionando con el paso del tiempo y la llegada de cada vez más disidentes con la oficialidad.

Lo que no cambia es la falta de educación de quienes se creen los guardianes de las esencias y dueños de la casa. En cuanto la vicepresidenta Gloria Elizo, de Podemos, empezó a alargarse en su acatamiento, surgieron los abucheos de la derecha.

Las parlamentarias de EH Bildu prometieron por imperativo legal en euskara y castellano. Los del PNV, mayoritariamente en castellano. Los de ERC dieron vivas a una constitución catalana y a ‘‘Catalunya lluire’’. Los de Podemos emplearon la fórmula que ya utilizaron en otras instituciones, aunque cada cual hizo los añadidos que entendió oportunos, abundando las referencias a «la gente» y «los pueblos». Iñigo Errejón, por ejemplo, incluyó un «porque fueron somos, porque somos serán», que en euskara sonará mucho en los oídos de la izquierda abertzale.

Mayoría de blancos

Patxi López salió elegido en segunda votación, con 130 votos a favor y 148 en blanco. Esa mayoría de votos en blanco queda para la historia, como que por primera vez sea presidente del Congreso el miembro de un partido que no fue el más votado.

Pero la negociación que ha dado lugar a esta situación deja otra posible novedad en el aire. Ciudadanos asegura que el acuerdo de palabra incluye que si Pedro Sánchez es elegido presidente del Gobierno, Patxi López habrá de renunciar a su cargo para garantizar que Moncloa y el Congreso no estén en manos del mismo partido. López declaró ayer tener previsto continuar durante cuatro años, lo que no se sabe si indica que ese acuerdo no es tal, que el PSOE no va a cumplirlo o que Mariano Rajoy va a ser reelegido.

Antes de finalizar la sesión, Patxi López tomó la palabra para mostrar su agradecimiento en castellano, euskara, catalán y gallego. Luego hizo un discurso de elogio de la pluralidad y la diversidad, pero dentro de una España que, aclaró, «no es un mapa ni una identidad, es el pacto ciudadano por la libertad y por el progreso colectivo».

El siguiente paso es la constitución de los grupos, nueva batalla que volverá a crear ficciones en partidos que luego querrán gobernar juntos. Las posibilidades son variadas y habrá que agudizar el ingenio y la permisividad porque con la aplicación estricta del Reglamento, el Grupo Mixto puede sumar hasta 52 diputados y ser así el tercero más numeroso.