Paro en Euskal Herria
Cambiar de perspectiva puede derivar en un cambio sustancial de las conclusiones que extraemos sobre un mismo dato. El pasado 31 de diciembre había muchas menos personas desempleadas que un año antes, pero eran muchísimas más que hace diez años.
Resulta fácil lanzar mensajes optimistas ante el menor síntoma de recuperación económica. Lo difícil es establecer de forma clara y tajante cuáles son los síntomas que, en un momento determinado y en un lugar concreto de este espacio económico globalizado, auguran un futuro mejor en términos de empleo.
En diez años no han cambiado las bases del escenario socioeconómico en el que nos movemos; ni siquiera se ha «refundado» el capitalismo, como planteaban tras el estallido de la burbuja financiera Nicolas Sarkozy y otros líderes poco proclives a utopías de base marxista. No obstante, se han modificado, y continúan haciéndolo, muchas de las características que configuran nuestro mercado laboral y el marco de relaciones entre los distintos agentes que le dan forma.
Como se observa en el gráfico que acompaña este reportaje-encuesta realizado por GARA, que se publicará en su edición impresa en dos jornadas consecutivas, hace diez años la tasa de paro en los cuatro herrialdes del sur se hallaba en el 7,33%, mientras que 2015 se cerraba con el 13,04%. A esta última cifra se ha descendido, poco a poco, desde la cima del 17,31% registrado en la EPA del primer trimestre de 2014. ¡Quién lo iba a decir cuando el año 2007 se cerraba con un 5,41%!
Para ofrecer una amplia visión sobre un tema con tanta repercusión social, este diario ha requerido su opinión, sus valoraciones y propuestas a una serie de agentes. En las siguientes páginas (en las de hoy y en las de mañana) recogemos algunas de las respuestas recogidas; en la mayoría de los casos son extractos. Los textos completos se podrán consultar en NAIZ.
La lucha de aunar cantidad y calidad
Antes de entrar en los planteamientos concretos que los agentes encuestados presentan de cara a fomentar la creación de empleo y mejorar su calidad, hemos querido recoger un adelanto de las perspectivas que tienen en la materia para el corto-medio plazo partiendo de los datos de empleo con los que se ha cerrado 2015. Las respuestas dejan dos tendencias claramente marcadas. Por un lado, la que se centra en una perspectiva de mejora en el número de empleos creados; por otro, la que pone el foco en la calidad del mismo para alertar de la creciente precariedad y temporalidad.
Una parte de los encuestados coincide en la percepción de que 2016 será un año para comenzar a consolidar la creación de empleo. Así, la catedrática de la UPV/EHU Sara De la Rica destaca que en la segunda parte de 2015 se han dado mejores resultados, manteniéndose en un cuarto trimestre que califica como «tradicionalmente negativo en términos de actividad y de empleo». Sostiene que «entramos en una fase diferente del ciclo económico, donde la actividad económica crece y, por consiguiente, el empleo también». El presidente de Confebask, Roberto Larrañaga también se expresa en esta línea y prevé un crecimiento del empleo este año a un ritmo similar al de 2015.
Menos optimista es el pronóstico de los sindicatos, pues advierten de la elevada precariedad y parcialidad. Por ello, apelan a atender no solo a cuánto empleo se crea, también a qué condiciones responde.