Mariano Ferrer: «Para escapar de la censura, la fuga es la creatividad»
Tras décadas haciendo radio, y ofrecer al mismo tiempo una visión ética de la realidad, el periodista Mariano Ferrer ha intervenido bajo el título ‘Decir sin decir lo que decir se quiere’ en el Curso de Verano de la UPV/EHU ‘Medios de Comunicación, conflicto y convivencia: tiras que aflojan’.
Ferrer compara el oficio del viñetista con el del periodista, y considera que coinciden en diversos aspectos: «Cuando hablamos de periodismo, hablamos de realidades pintadas». El periodismo tiene tres dimensiones: «El hecho que ocurre, el contexto en el que ese hecho se produce y el contexto en el que ese hecho se convierte en noticia». La tira, aunque tenga su intencionalidad de reflexión sobre algún tema, satírica e irónicamente, «deja de basarse, necesariamente, en hechos noticiosos, pero indudablemente tiene relación con la noticia. Puede profundizar en las implicaciones objetivas de un hecho o imaginarse otras».
El viñetista, según Ferrer, trabaja para el lector que ya está informado, y está situado en el contexto en el que esa noticia se ha interpretado. «El viñetista puede ratificar esa perspectiva con la que se da la noticia en su entorno social, o puede cuestionarla y abrir otro camino a la reflexión».
Buscando cómo relacionar su trabajo con la tira cómica, en el proceso de decir sin decir lo que decir se quiere, podría haber dicho también «decir haciendo como que no se dice», o, peor aún, «hacer como que se dice sin decir nada».
Cuando Ferrer alude a los periodistas y a los medios, se refiere a "los periodistas de los grandes medios", y explica que nunca han sido un reflejo exacto de la realidad: «Los medios tienen la capacidad de contagio, y terminas pensando como ellos». Y es que, «pensábamos que los hechos se producían, y después los medios actuaban; sin embargo, los medios ya no están detrás de las noticias, porque son ellos quienes influyen en lo que pasa».
El periodismo, el cuarto poder junto a los demás poderes, se ha "superpuesto a los poderes democráticos", y así, se ha constituido un quinto poder "con capacidad de condicionar a la ciudadanía, cómo pensar y cómo no".
La tira coincide con el contenido informativo periodístico en que deben tener la pretensión de reflejar la sociedad, la realidad. "Ambos seleccionan, conocen el calvario de la síntesis y comparten el poder simbólico de los medios". Sin embargo, teniendo en cuenta que la tira no tiene el propósito de realizar un relato, cree que la viñeta no se debería entender con la línea editorial del medio al que pertenece, y debe jugar con la realidad, sin perder la intencionalidad de reflexión.
En referencia al “doble sentido”, apunta Ferrer, que hay un juego importante sobre la propiedad del mismo: "Es interesante plantearse qué es el doble sentido, porque no sabes lo que el otro capta sobre lo que has dicho". Por ello, añade que "para escapar de la censura, la fuga es la creatividad, o la literatura de creación". Y esto permite que una comunidad se defienda.
Añade una apreciación subjetiva, y es que los periodistas que vivieron la transición democrática de la dictadura, concebían la profesión del periodismo con el fin de conmover a la sociedad. Ahora, en cambio, el periodista con menos ambición, sirve a los objetivos de la empresa. "Eran otros tiempos, y la comunicación no tenía el poder que tiene hoy".
La viñeta es un producto periodístico que se está autonomizando y, al mismo tiempo, cambiando su sentido. En este contexto, el ponente expone las funciones que debería tener la tira: "Ser complementaria de la agenda o correctora de la agenda, debe descriptar el lenguaje y dar sentido a las palabras que ya han perdido el sentido, y ampliar los límites de lo que se puede pensar".
Mariano Ferrer ha concluido la ponencia lanzando esta frase: "si el periodista informativo es incapaz de manejar la doble conciencia como ciudadano, debería irse a casa".