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Rajoy ofrece «diálogo» al PSOE mientras reivindica las políticas de la última legislatura

En su discurso de investidura, Mariano Rajoy ha retomado la idea de la Gran Coalición y ha ofrecido «diálogo» al PSOE mientras reivindicaba las políticas de la última legislatura. Ha subrayado que «España necesita un gobierno con urgencia» ya que «la inestabilidad es el mayor riesgo» y ha defendido que hay que cumplir los compromisos con Europa. Para Catalunya, su plan es negociar un modelo de financiación autonómica pero negando el derecho a decidir. Ha sido la parte que más aplausos se ha llevado de un discurso deliberadamente plano.

Mariano Rajoy, durante su discurso de investidura. (Javier SORIANO/AFP)

Mariano Rajoy será presidente español el sábado gracias a la abstención del PSOE. Hoy se presenta ante el Congreso para explicar las líneas maestras de su futuro gobierno. No se prevén grandes novedades. «He aceptado el encargo por las mismas razones que en agosto», ha señalado nada más tomar la palabra. En su opinión, la «inestabilidad política» es el «mayor riesgo» para la economía del Estado. Por eso, ha considerado que formar un Gobierno es «una urgencia».

«Todos reconoces nuestros esfuerzos, los logros en competitividad y en crecimiento económico», ha asegurado, para insistir en que en Europa ahora se confía en el Estado español y que no se puede «malograr el rumbo». Es decir, en un discurso continuista saca pecho de lo hecho en los últimos cinco años. «España no necesita más incertidumbres», ha argumentado, esforzándose en tentar a PSOE y Ciudadanos en sumarse a la «estabilidad». «España necesita un Gobierno, pero no cualquier Gobierno, uno estable, sólido, duradero, previsible y fiable. Y también con acuerdos para evitar una legislatura estéril», ha afirmado. 

La clave es la siguiente: teniendo en cuenta que el PSOE ya ha cruzado el Rubicón y ha avalado la investidura de Rajoy, el presidente espera que Ferraz no se quede ahí y le garantice «estabilidad». Esto se traduce en presupuestos. A cambio, el inquilino de la La Moncloa ofrece un «diálogo» abstracto en cuestiones como el Pacto de Toledo, financiación autonómica o educación. No renuncia a las políticas desarrolladas en los útlimos cinco años y que el PSOE pretende derogar, como la reforma laboral.

Respecto al conflicto abierto en estos momentos con Catalunya, donde se desarrolla un proceso soberanista, Rajoy ha remarcado que «el único pueblo soberano es la nación española». «Nadie puede privar al pueblo español de su derecho exclusivo a decidir», ha considerado. A partir de ahí, se ha declarado abierto a estudiar fórmulas para acomodar la «solidaridad interterritorial». Es decir, que a estas alturas de proceso independentista, su única salida es ofrecer modificaciones económicas que pondrían el debate a nivel de 2006. A pesar de ello, las palabras del líder del PP en este tema son las que más aplausos han cosechado en una apocada bancada derechista.

En cuanto a la postura del PSOE, ha subrayado que «la excepcionalidad de las circunstancias exigen que se dejen de lado las confrontaciones ideológicas» y ha colocado el el frontispicio del «bien común» cumplir los compromisos con Europa, que suponen 5.500 millones de recortes. Ha eludido aplaudir excesivamente la cesión de Ferraz y hasta se ha permitido presionar. Ha recordado que no sirve con poner un gobierno si no se garantiza la estabilidad. 

En líneas generales el discurso de Rajoy ha sido plano y abstracto, llegando a remitir al diario de sesiones del debate de la investidura fallida de agosto. Es decir, que certifica que nada ha cambiado en su programa desde entonces, cuando el PSOE se opuso a hacerlo presidente. Lo único que se ha modificado ha sido el mando en Ferraz. 

Terminada la intervención de Rajoy, la sesión de investidura ha quedado aplazada hasta las 9.00 de este jueves.

Alberto Pradilla desde el Congreso español: