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Un «yo denuncio» multitudinario en Bilbo por los derechos humanos, la resolución y la paz

78.000 personas, según el recuento habitual de GARA, han hecho frente a las inclemencias del tiempo y han abarrotado un año más las calles de Bilbo en una multitudinaria movilización en favor de los derechos humanos, la resolución y la paz. Sare ha hecho un llamamiento a que «la demostración de hoy tenga seguida todos los días del año» y ha remarcado que no parará «hasta conseguir que todos los presos y presas regresen a Euskal Herria». «Levantemos el dedo todos juntos para que se nos se nos vuelva a oír desde el último rincón del mundo: Euskal Herria denuncia».

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Las calles del centro de Bilbo se han vuelto hoy a colapsar por una movilización en favor de los derechos de los presos vascos. Decenas de miles de personas han desafiado a la lluvia y al frío para marchar esta tarde tras la pancarta con el lema «Giza Eskubideen, konponbidearen eta bakearen alde. Euskal presoak Euskal Herrira» a la que seguían miles de dedos acusadores. Todos levantados para que se escuche hasta en el último rincón del mundo la denuncia de una sociedad que quiere el retorno de presos, huidos y deportados a sus pueblos para cerrar las heridas que ha abierto las últimas décadas de conflicto.

En el acto final, desde Sare han insistido una vez más que 2017 va a ser un año decisivo. «Un año clave, para avanzar en esa triple reivindicación, que no puede disociarse, y que nos ha unido a todas y a todos, hoy aquí: derechos humanos, resolución y paz», han subrayado. También han recordado que sus reivindicaciones buscan «una paz justa y definitiva» en la que es necesaria la implicación colectiva. «Ninguna adscripción partidista o ideológica puede estar por encima de la superación de años y años de confrontación violenta», han resaltado.

La manifestación ha tardado en arrancar desde la plaza de La Casilla debido al gentío que colapsaba ya la calle Autonomía. Al frente, una decena de furgonetas de Mirentxin Gidariak que portaban las distancias que hay hasta las cárceles de Granada (875 KM), Murcia (850 km), Clairvaux (945 km), Alacant (780 km)), Almería (1040 km), Huelva (995 km), Córdoba (850 km) y Villefranche (785 km).

Muchos de los familiares que se sirven de esos voluntarios semanalmente para poder visitar a sus seres queridos caminaban a pocos metros portando los primeros dedos acusadores, icono de la campaña desplegada por Sare durante los últimos meses, y luego cuatro largas hileras encabezadas por igual número que quinqués.

Si plural eran los miles de personas que se han agolpado en las aceras para sumarse a la manifestación, también lo han sido las mujeres y hombres que portaban la pancarta de cabecera. Víctimas de ETA y GAL, como Rosa Rodero y Edurne Brouard, junto a expresos como Juan Mari Olano y Mertxe Galdos, los sarekides Joseba Azkarraga y Begoña Atxa, los bertsolaris Unai Iturriaga y Alaia Martin, la letrada Elisabete Bizkarralegorra, el catedrático de Comunicación Ramon Zallo, la representante de Bagoaz Alice Leiciaguezahar, así como Gentzane Callejo, familiar del donostiarra Jagoba Codó, uno de los 22 presos gravemente enfermos que permanecen en las prisiones españolas y francesas.

Amplia representación

Casi pegados una amplia representación de agentes políticos, sociales y sindicales del país, acompañados de otros venidos de otros lugares, como los catalanes Eduardo Reyes (ERC) y Juanma Rojas (CUP), que se mezclaban con el resto de manifestantes que han respondido a la convocatoria. Ha tardado en ponerse en marcha la manifestación, como han tardado muchos de los asistentes en llegar, especialmente los que han optado por acudir en metro y que se han encontrado con problemas para salir en la estación de Indautxu, ya que las canceladoras eran incapaces de atender la demanda.

Desde los primeros pasos, miles de voces han coreado al unísono «Euskal presoak etxera» y «Presoak kalera amnistia osoa» al tiempo que saludaban con aplausos la llegada de la comitiva. Más tarde, algunos han comenzado a entonar ‘Hator, hator’, sumando otras consignas como «Iheslariak etxera». En la intersección de Autonomía con Alameda Rekalde, solidarios con la causa vasca agrupados en Euskal Herriaren Lagunak se han sumado a la movilización con enseñas de sus pueblos. Al llegar a Zabalburu, donde el sarekide Joseba Azkarraga ha efectuado una primera valoración de la convocatoria, se ha podido calibrar la afluencia de la movilización, con difcultades para continuar hacia la calle Hurtado de Amezaga con el agravante de que ha comenzado a llover y muchos han optado por abrir sus paraguas para protegerse del agua. A media calle, se han quedado las furgonetas de Mirentxin Gidariak, que han sido aplaudidas al paso de la marcha.

Paso a paso la comitiva ha enfilado hacia la casa consistorial bilbaina. En la entrada de la calle Buenos Aires, integrantes de Bilgune Feminista han desplegado una pancarta animando a participar en la marcha feminista que llevarán a cabo el 11 de febrero a la prisión de Valladolid. Ya en el ayuntamiento, los miembros de Etxerat han ocupado las escalinatas, sumándose a ellos la pancarta de cabeza.

Tras una primera actuación de Kepa Junkera eta Sorginak, han tomado la palabra Nerea Alias y Andoni Aizpuru, presentadores de televisión, que se han encargado de dar lectura al manifiesto final. En su alocución, han destacado la respuesta cosechada, reflejo del sentir de una mayoría social en Euskal Herria, aunque han añadido que también fuera del país se oyen voces que denuncian las vulneraciones de derechos que sufren los prisioneros, que no cesan.

Con los dedos acusadores han denunciado «a esa parte de la justicia que ha hecho saltar por los aires la necesaria división de poderes en ese Estado español que se dice democrático y que se ha convertido en correa de transmisión política del Gobierno y de sus políticas injustas». También de que se mantenga en prisión de personas gravemente enfermos, cuyo número aumenta peligrosamente, y de que se prolongue la condena a otros presos que ya han cumplido con la dictado por los tribunales españoles. Precisamente, a la conclusión de la movilización, muchas personas han dejado su dedo acusador en la puerta de acceso al Palacio de Justicia, apuntando a la responsabilidad que tienen muchos jueces en lo que está sucediendo con los presos vascos.

Su denuncia se ha extendido «a quienes mantienen actitudes basadas, no en la política, sino en algo tan visceral como la venganza. Una lógica –han enfatizado– perversa como la de los vencedores y vencidos, que intenta imponer desde la justicia vindicativa lo que no pueden ganar en las urnas, ni en los corazones de Euskal Herria».

En referencia a esos sectores inmovilistas, con los estados al frente, desde la red ciudadana han pedido a la sociedad vasca que esté alerta, «porque con seguridad, nos encontraremos con más intentos de ingenierías jurídicas para impedir avanzar hacia la resolución y la paz». Han dejado claro que mañana mismo seguirán con su trabajo para sumar a nuevos sectores.

«La última movilización»

Han destacado que les gustaría que la de hoy fuera la última movilización, porque «nuestro objetivo es que este año 2017 sea de verdad el de la resolución y la paz». En ese sentido, han hecho un llamamiento a que «la demostración de hoy tenga seguida mañana y pasado, todos los días del año, porque los objetivos que perseguimos lo merecen». «Vosotros, sarekides, sois los que seguiréis tejiendo esta red a partir de hoy en vuestros barrios, pueblos ciudades, los que logrando el compromiso de cada vez más gente extenderéis la necesidad de  paz, derechos humanos y resolución».

«Levantemos los dedos para que se nos vuelva a oír»

Han reclamado a la sociedad vasca que «esté alerta, porque nos encontraremos con más intentos de ingenierías jurídicas para impedir avanzar hacia la resolución y la paz» y han asegurado que no van a cejar en el empeño de avanzar. «Ni un paso atrás, y si lo damos, será para coger impulso y no parar hasta conseguir que todos los presos y presas regresen a Euskal Herria».

«Levantemos los dedos, todos juntos, para que se nos vuelva a oír, a sentir, desde el último rincón del mundo: que yo denuncio, nosotros denunciamos, Euskal Herria denuncia».