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La incertidumbre crece a una semana de las elecciones presidenciales francesas

A una semana de la primera vuelta de las presidenciales francesas la distancia entre los cuatro candidatos principales se acorta, obligándolos a un último esfuerzo para seducir a un número récord de indecisos.


El candidato centrista a las presidenciales francesas, Emmanuel Macron, y la candidata de extrema derecha, Marine Le Pen, están igualados en los sondeos, justo por delante del conservador François Fillon y el representante de la izquierda, Jean-Luc Mélenchon.

Todo se estrecha en una horquilla reducida: entre tres y seis puntos, según los últimos sondeos que, teniendo en cuenta los márgenes de error, dejan la puerta abierta a cualquier imprevisto a una semana de la votación. Especialmente con los indecisos a un nivel récord este año: uno de cada tres electores no sabe aún a quién votar.

Otros votantes podrían también cambiar su papeleta en el último momento. Para los analistas, el modo de votación incita a los electores a emitir un voto útil y elegir «al menos malo de los candidatos que tienen una posibilidad» según el investigador Michel Balinski, del Centro Nacional de la Investigación Científica (CNRS).

En un país marcado por los atentados recientes, un acentuado desempleo y una economía débil, los votantes parecen confusos en medio de una campaña atípica y marcada por los escándalos. Los electores de derecha han asistido así a la caída de la popularidad del primer favorito de la campaña, el conservador François Fillon, tras las revelaciones sobre los supuestos empleos ficticios otorgados a su esposa y dos de sus hijos. Provocó la sorpresa ganando las primarias de la derecha mantiene entre el 18% y el 20% de partidarios convencidos, pero no dispondría de reservas entre los indecisos. En su esprint final intenta movilizar al electorado católico y conservador. El sábado pronunció un discurso sobre Francia, su identidad y el patriotismo, fustigando el «comunitarismo» y el «islam».

«Estaré en la segunda vuelta», afirma, por su parte, Mélenchon en las columnas del diario “Le Parisien”. Su ascenso en los últimos días ha convertido la recta final en una pugna a cuatro y ha provocado al reacción de sus detractores que le acusan de populista y lo vinculan a Venezuela. El líder de Francia Insumisa, un antiglobalización crítico con Europa, desmiente ser de extrema izquierda y se describe como un hombre «apasionado» e insumiso frente al orden establecido por capitalistas y liberales.

Durante este tiempo, Macron, parece querer evitar cualquier riesgo. El que se presenta como «ni de izquierda, ni de derecha» y encarna el relevo para sus partidarios, sigue yendo «al contacto» de los franceses. Su gran éxito en esta campaña ha hecho que sea el objetivo de un gran número de sus adversarios, y especialmente de Marine Le Pen.

La líder del Frente Nacional instó a sus seguidores el sábado a que «cada uno de vosotros debe convencer a un indeciso o tomar por la mano a un abstencionista. ¡Empujad con fuerza las puertas del Elíseo!».