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Los miembros de la Mesa del Parlament se niegan a responder al TSJC invocando su inviolabilidad

El vicepresidente primero de la Mesa del Parlament, Lluís Corominas, y la secretaria cuarta, Ramona Barrufet, ambos de Junts pel Sí, han invocado su inviolabilidad ante el Tribunal Superior de Justicia de Catalunya (TSJC) que les había citado, al igual que a la presidenta de la Cámara, Carme Forcadell, por permitir que el pleno votara resoluciones en favor del referéndum. Tras declarar, han afirmado que no «desfallecerán» en el cumplimiento de sus cargos y que no descartan una querella contra la Fiscalía.

Una comitiva ha acompañado a Corominas y Barrufet hasta la sede del TSJC. (@ForcadellCarme)

La comparecencia de Corominas y Barrufet ante la magistrada Maria Eugènia Alegret ha sido muy breve, de no más de diez minutos, ya que ambos han respondido únicamente a dos preguntas de su abogado, Xavier Melero, una para mostrar su acuerdo con la tesis que esgrimió Forcadell –en el sentido de que no desobedecieron al Tribunal Constitucional– y la otra para afirmar que se negaban a declarar hasta que se resuelva su petición de archivo de la causa apelando su inviolabilidad como parlamentarios.

«Quizás haya sorprendido la breve duración de la declaración –ha indicado Corominas en una rueda de prensa posterior–, pero esto tiene una explicación lógica, y es que no queremos someter al Parlament a un interrogatorio constante», y también porque «no se puede juzgar por permitir el debate, esto sería una humillación que trataremos de evitar».

Durante la comparecencia ante el TSJC Corominas ha dicho que han reconocido que «conocíamos y compartíamos las resoluciones de la Mesa» puesto que entre las funciones de la misma «figura la de garantizar el derecho de participación de los diputados», y que también han dicho «haber cumplido el reglamento del Parlament de forma escrupulosa».

Tal y como sucedió el pasado lunes con la declaración de la presidenta Forcadell y la secretaria primera, Corominas y Barrufet únicamente han respondido a las preguntas de su abogado, ya que actuar en sentido contrario sería «vulnerar la inviolabilidad» del Parlament.

Según Corominas, que no se haya resuelto en primer lugar la cuestión de la «inviolabilidad», es «algo que vulnera nuestros derechos y que crea indefensión e inseguridad jurídica» puesto que «la inviolabilidad y la instrucción de diligencias judiciales son incompatibles, o se es inviolable o no se es».

El vicepresidente primero se ha mostrado rotundo al afirmar que «no podemos ser sometidos a procedimiento jurisdiccionales por el ejercicio de nuestras funciones parlamentarias, ningún juzgado puede juzgar al Parlament de Catalunya, y por tanto, es una situación anómala».

Después de considerar que «este procedimiento nunca se tendría que haber abierto» ha pedido «responsabilidades» a «los que presentaron y admitieron una querella conociendo que existe el principio de inviolabilidad» del Parlament y de los diputados.

Preguntado, en este sentido, si los miembros de la Mesa podrían querellarse contra la Fiscalía por haber sido vulnerado presuntamente el principio de «inviolabilidad» de los parlamentarios en ejercicio de sus funciones, Corominas ha aseverado que no descartan «ninguna línea de defensa» para «poner la dignidad del Parlament por encima de todo».

«No se lo pondremos fácil»

«No se lo pondremos fácil a los que quieren humillar al Parlament», ha advertido antes de agradecer el apoyo recibido y de apuntar que se siente «orgulloso de estar al lado de los que defienden la libertad de expresión y la democracia».

Corominas ha dicho intuir que «los que deben estar incómodos son los que están al otro lado, que es el de los que quieren vulnerar derechos y sustituir la voluntad del pueblo de Catalunya por la del Gobierno español».

Por su parte, la secretaria cuarta de la Mesa, Ramona Barrufet, ha advertido que «el Parlament no puede ser interrogado» y que a pesar de la «telaraña jurídica"» en la que han sido envueltos, seguirán garantizando que la Cámara «continúe siendo la casa de la palabra».

La causa judicial en el TSJC arranca de una querella de la Fiscalía que acusaba a los miembros de JxS en la Mesa del Parlament de prevaricación y desobediencia al TC por permitir que se votaran ambas resoluciones, en un procedimiento que se ha sumado al que el alto tribunal catalán tenía ya abierto a raíz de otra querella fiscal, en este caso contra Forcadell, por permitir la votación de las conclusiones de la comisión del proceso constituyente.

El TSJC ha citado también como investigado en esta causa al representante de Catalunya Sí Que Es Pot (CSQP) en la Mesa del Parlament, Joan Josep Nuet, que comparecerá el próximo 12 de julio, pese a que la querella de la Fiscalía no iba inicialmente dirigida en su contra.

Apoyo a Corominas y Barrufet

La consellera de Presidencia, Neus Munté, ha expresado la «indignación creciente» del Govern ante el «cerco y el asedio judicial» al proceso soberanista, aunque el Ejecutivo catalán mantiene su «determinación total y absoluta» en la celebración.

Munté, junto al presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, miembros del Govern, el expresidente Artur Mas, partidos y entidades soberanistas ha acompañado hasta el TSJC a Corominas y Barrufet. También se ha celebrado una concentración de apoyo a las puertas del tribunal y los asistentes han repetido lemas en favor de la independencia.

En declaraciones a los periodistas, Artur Mas ha afirmado que debería «avergonzar a cualquier demócrata» que se juzgue a miembros de la Mesa «como si fueran delincuentes» por «permitir que un Parlamento vote».

Ha añadido que esto «muestra de la baja calidad de la democracia española y es un motivo más no solo para intentar hacer el referéndum, sino para ganarlo».

El expresidente catalán y líder del PDeCAT (antes CDC) ha subrayado que lo que dijo el exministro José Manuel García-Margallo es «exactamente lo que quiere decir la operación diálogo» del Gobierno español. «Este es exactamente el diálogo que nos ofrece Madrid; requisar urnas, quedarse con la competencia de los Mossos d'Esquadra, arrasarlo todo y, cuando estemos tendidos en el suelo, empezar a hablar», ha afirmado.