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La reacción al ciberataque masivo logra frenar su expansión

La expansión del ciberataque que ha afectado a 150 países y decenas de miles de ordenadores parecía frenarse ayer por la reacción de instituciones y empresas atacadas que han ido actualizando sus sistemas. No obstante, variantes del virus mantuvieron la infección. En China se comprobó que al menos 30.000 instituciones se vieron afectadas.


La respuesta al gran ciberataque que afectó a más de 150 países logró frenar ayer el caos que se temía con la vuelta al trabajo. El virus ransomware, bautizado «WannaCry», bloqueó archivos de los usuarios a los que pedía una suma de dinero en bitcoins, la moneda virtual, difícil de rastrear, para recuperar el acceso. El ataque afectó a cientos de miles de ordenadores, pero ayer parecía contenido.

«El número de víctimas parece no haber aumentado y la situación aparece estable en Europa», afirmó a la AFP el portavoz de Europol, Jan Op Gen Oorth, explicando que muchos sistemas informáticos fueron actualizados durante el fin de semana para afrontar la amenaza.

El ritmo de contagio se redujo después de que el viernes resultaran afectados más de 9.000 equipos por hora.

«Es un poco pronto aún para decir quién está detrás de todo esto, pero estamos trabajando en una herramienta de descodificación» de los ficheros infectados por el virus, añadió.

El temor se centraba ayer particularmente en Asia, donde el viernes, a la hora en que se produjo el ataque, la actividad económica de la jornada había ya acabado y una nueva versión del virus aumentó la alarma.

Así, se pudo comprobar que en China «cientos de miles» de ordenadores chinos, en 30.000 instituciones, entre ellas ministerios, hospitales, universidades, y cajeros automáticos, habían sido infectados.

En Japón, el conglomerado Hitachi señaló que sus redes informáticas se habían vuelto inestables, lo que perturbaba el funcionamiento de sus mensajerías electrónicas pero sin afectar a la producción. «Nunca habíamos visto nada así», admitió el domingo el director de Europol, Rob Wainwright.

En el Estado francés, la fábrica Renault de Douai cerró preventivamente y en los hospitales británicos, que fueron algunos de los centros más afectados por el programa maligno, trataban de ponerse al día.

«Esto no tiene nada que ver con Rusia», afirmó el presidente ruso, Vladimir Putin. «Microsoft lo dijo directamente, que la fuente del virus eran los servicios de Inteligencia de EEUU», añadió.

Putin aludía a la afirmación del presidente de Microsoft, Brad Smith, quien señalaba que la Agencia Nacional de Seguridad (NSA) de EEUU desarrolló una manera de penetrar en los sistemas operativos Windows que acabó en manos de los piratas. «Un escenario equivalente con armas convencionales sería que al Ejército estadounidense le roben algunos de sus misiles Tomahawk», escribió Smith.

 

Un programa de rescate que se cuela por un fallo en Windows

La infección de decenas de millones de ordenadores en todo el mundo se extendió como correo spam. Fue remitido de forma masiva a direcciones de correo de todo el mundo e infectó a las máquinas, que a través de la red interna propagaban la infección a otros equipos.

El virus, de nombre «WannaCry», combina por primera vez las funciones de software malicioso y gusanos. Se trata de un programa de rescate, es decir, no intenta robar datos sino que, al abrir en enlace del correo enviado, bloquea los ficheros del usuario y demanda el pago de 300 dólares para poder recuperar su uso. Es uno más de los ataques habituales, prácticamente diarios. De hecho, en 2016 más de 1.445.000 usuarios de todo el mundo fueron víctimas un virus de rescate. Pero ha cobrado especial relevancia por la magnitud de sus objetivos. El rescate se solicita en bitcoin, una moneda virtual que preserva el anonimato de sus propietarios.

El virus afectó sobre todo a ordenadores con el sistema Windows XP al aprovechar un fallo en su seguridad. Microsfot advirtió ya en marzo del riesgo y publicó un parche para hacerle frente. No obstante, muchas empresas e instituciones no lo habían actualizado.

Microsfot acusó a la Agencia de Nacional de Seguridad de EEUU (NSA) de ocultar estos fallos detectados para utilizarlos en su propia búsqueda de información. A principios de año, un grupo denominado «Shadow Brothers» filtró en internet estas herramientas de espionaje de las agencias de EEUU, con lo que habría abierto la puerta a un ataque de esta magnitud.

Aunque se ignora la identidad de los autores, los objetivos afectados apuntan más a grupos delictivos que a agentes estatales GARA