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Rajoy se equivoca y vota en el Congreso contra sus propios Presupuestos

El presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy, se ha quedado literalmente solo votando en contra de una enmienda que había pactado el PP con el diputado de Nueva Canarias, Pedro Quevedo, a cambio de su apoyo a los presupuestos, aunque el voto del jefe del Ejecutivo no ha tenido consecuencias.

Mariano Rajoy, presidente del Gobierno español, en un momento del pleno. (Óscar DEL POZO/AFP)

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La citada enmienda, que contempla inversiones para vivienda pública en Canarias, ha salido adelante con 328 votos a favor, 19 abstenciones, y un único voto en contra, el de Rajoy, que ha encajado entre risas su equivocación.

Con cierta sorna han aplaudido el error de Rajoy desde la bancada de la oposición, aunque la alegría les ha durado poco, al menos a los del PSOE, que han probado la misma medicina en la votación inmediatamente posterior.

Se votaba la enmienda de Nueva Canarias con número 5901 y ahí han sido los diputados del PSOE los que se han hecho un lío y unos han votado en contra y otros se han abstenido.

Ahí las risas y las chanzas han llegado desde los escaños del PP que aplaudían el error de los socialistas.

Tampoco el error del PSOE ha tenido ninguna consecuencia, porque la enmienda iba a ser rechazada de todas formas.

También el líder de Podemos Pablo Iglesias ha votado por error a favor de los presupuestos de dos Ministerios del Gobierno de Mariano Rajoy, los de Educación y de Exteriores.

Escaños rotos

El momento de mayor alborozo en el Pleno ha tenido lugar cuando se han roto hasta dos sillones de diputados, en ambos casos por las patas. Primero ha sido el del diputado del PP Jesús Postigo, y a los pocos minutos le ha tocado el turno al portavoz económico de Ciudadanos, Toni Roldán.

La inicial confusión por el fuerte ruido de la rotura del escaño de Roldán, que se ha partido en dos, ha precedido a varias risas, sobre todo cuando uno de sus compañeros, Félix Alvarez, levantaba las patas de la silla como si de un trofeo se tratase.

«Señorías, esto no es un circo, con todo el respeto al circo», ha zanjado la presidenta del Congreso, Ana Pastor, que ha interrumpido momentáneamente las votaciones hasta que los ujieres procedieran a cambiar el sillón roto.